CAJA NEGRA

Mendizábal Pérez se agarra a la dirigencia del PAN como se agarraría a un clavo ardiente

 Días antes de la elección presidencial de 2012, Gustavo Madero Muñoz acompañó a Josefina Vázquez Mota a un mitin en el amplio salón de un hotel en la capital potosina y, al término, ofrecieron una conferencia de prensa.

 

La campaña de la candidata no levantaba ni daba muestras de ser una campaña triunfadora, pero los panistas parecían ver otra cosa. Había incluso una confrontación abierta entre el partido, Madero y el presidente de la república, Felipe Calderón. Ya se olfateaba la derrota.

 

Por eso, le pregunté a Madero: hay una noción generalizada en la prensa e incluso al interior del partido de que las cosas no marchan bien, además, las encuestas dicen que el PAN ya va en tercer lugar de las preferencias ¿No se ven muy triunfalistas cuando en los hechos parecen estar más próximos a la derrota?

 

En su peculiar estilo norteño, entre bronco y desenfadado, Gustavo Madero contestó que “mire amigo, nuestra candidata es la mejor, tiene las mejores propuestas, tiene al mejor partido de México y va a ganar las elecciones, se lo puedo garantizar desde ahora”.

 

Su respuesta provocó aplausos y vivas para él y para la candidata por parte de cercanos al equipo de Josefina y al del Comité Estatal del PAN.

 

Le insistí: ¿Está seguro?

 

Fanfarrón, arrogante y altanero Gustavo Madero me emplazó a una apuesta y dijo: le apuesto lo que quiera, pero el día después de las elecciones en San Luis Potosí Josefina Vázquez Mota estará festejando su triunfo, aquí nos vemos ese día, remató.

 

Como usted amable lector lo sabrá, Vázquez Mota y Gustavo Madero no vinieron a celebrar a San Luis como prometió el presidente nacional del PAN, pues el partido en ese momento en el poder fue desplazado al tercer lugar.

 

Madero no renunció al partido sino que, para Ripley, se reeligió.

 

Pues bien, en San Luis Potosí ocurre algo similar. Héctor Mendizábal Pérez ha perdido todas las elecciones que él ha encabezado como presidente del Comité Directivo Estatal del PAN. Es cierto, adivinaron, ni por asomo se le ha ocurrido presentar su renuncia al cargo.

 

Aunque panistas de distinto carácter y liderazgo ya le han emplazado a que deje las riendas del partido, Mendizábal se hace el occiso y desea ser diputado de representación proporcional (lo cual por si mismo es ya una vergüenza) y presidente del partido al mismo tiempo.

 

Esa actitud muestra que en el PAN no hay lugar para la reflexión ni la autocrítica y que mantenerse en el poder, aunque se trate de un partido en franca picada, es una cuestión de gusto por no decir de capricho.

 

El pasado siete de junio Acción Nacional perdió de nueva cuenta y sus dirigentes no se han detenido a analizar lo que ocurrió ni se han puesto a buscar responsables. Claro la responsable de que el PAN haya perdido es la sociedad que ya no quiere saber nada del partido, pero sin duda, hace falta que sus cuadros dirigentes asuman la responsabilidad que les toca.

 

A nivel nacional se alistará pronto la elección de nuevo dirigente nacional y ya dos se han apuntado: Ricardo Anaya y Javier Corral.

 

Corral anunció que contenderá y lanzó una crítica feroz contra Madero y compañía, lo acusa de haber convertido al partido en una franquicia de negocios, de haber desviado al partido de sus principios y de su ideología, de negociar la fuerza del PAN a cambio de migajas y prebendas para los suyos. Simple, lo ha colocado como un aliado más del presidente Enrique Peña.

 

Como sea, la elección nacional si es que no se impone la línea de Madero y coloca una candidatura de Unidad, deberá provocar una sacudida muy fuerte que haga ver al partido que ha perdido el rumbo. La critica que se construya a partir de las posturas de los candidatos, será un buen augurio para que ese partido se levante antes de que pasen otras dos elecciones presidenciales.

 

Mendizábal Pérez debería ir pensando en renunciar, debió hacerlo el ocho de junio, pero como bien se sabe, en el Círculo Azul lo más importante son ellos y después el partido.

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