CAJA NEGRA

El ayuntamiento de la capital y la tribu gallardista.

En el ayuntamiento de la capital se avecina un conflicto de proporciones imprevisibles por sus efectos en el despido de trabajadores como en el número de demandas laborales que se enderecen en contra de la ya próxima administración de Ricardo Gallardo Juárez.

Recién hace unos días, Erika Briones la dirigente estatal del Partido de la Revolución Democrática, al que es notorio quien realmente dirige es Gallardo, adelantó medidas de austeridad que en los hechos, consiste en el despido masivo de trabajadores.

En tribunales administrativos y juntas laborales hay pilas de expedientes de denuncias colectivas e individuales de trabajadores del ayuntamiento de Soledad de Graciano Sánchez durante los gobiernos del clan Gallardo.

 La estrategia o mejor dicho, la estratagema populista es anunciar un plan de austeridad para realizar más obra pública y emprender programas sociales en beneficio de la población más necesitada, lo cual se traduce luego, en apoyo a sus clientelas electorales.

Idéntico a como venían haciendo en el Distrito Federal las tribus del PRD que se repartían impunemente las Delegaciones, hasta que como ocurrió el pasado siete de junio, MORENA y Andrés Manuel López Obrador, les puso un alto y les arrebató el cacicazgo.

En el ayuntamiento de San Luis Potosí, luego del primero de octubre, se hará lo que se hace en Soledad: se revisa el tabulador de trabajadores y se hace una primera elección arbitraria de los que tienen salarios importantes y se les invita a presentar su renuncia.

Como la repuesta es no, entonces se les dice que de acuerdo con su historial de trabajo, de plano son unos flojos y güevones irresponsables que no sirven con calidad y eficiencia a la población.

Y en vista de que se sabe que no trabajan, se les anuncia que los enviarán a barrer calles, a recoger basura a la orilla de avenidas y carreteras, a desbrozar jardines y camellones entre otras tareas. Se cuida que esa tarea se le encargue a trabajadores y trabajadoras de oficina para que sientan lo que es bueno.

Una vez que los han enviado a realizar esas tareas les vuelven a preguntar si desean presentar su renuncia y, de mantenerse la reticencia, con artilugios les bajan el salario y se les mantiene con amenazas de despido en cualquier momento, con lo que se genera incertidumbre que termina en paranoia.

En muchos casos logran la renuncia voluntaria y en otros, llegan al despido sin la entrega de los beneficios que otorga la ley con la intención de que las cosas lleguen a los tribunales, donde saben, las demandan dormirán el sueño de los justos.

Durante los últimos seis años, trabajadores hostigados, renunciados a presión y demandantes han realizado un sinnúmero de manifestaciones de protesta ante diputados, gobierno y autoridades laborales que para que se apuren las demandas y para que se instruyan demandas de juicio político contra los Gallardo y una ha prosperado nada.

Eso es lo que les espera a los trabajadores del ayuntamiento de la capital. El primer compromiso que cumple Gallardo es con los suyos a los que prometió empleo, plaza en el municipio y goce al por mayor en el presupuesto.

El susodicho programa de austeridad solo queda en el papel, pues por cada trabajador que se dobla y denuncia o se va a los tribunales, se contrata otro que a su vez trabajó en la campaña del PRD.

El Sindicato de empleados municipales tendrás mucho que hacer en los próximos meses y los trabajadores en muchos casos tendrán que defenderse por si mismos, por ahora no es posible medir la dimensión de los despidos, pero seguramente se contarán por centenares.

Soledad no es la capital, las fórmulas de control puede que no funcionen igual y el riesgo es que se lleve a la ciudad a un conflicto que se anticipa, puede ser mayor en perjuicio de todos.

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