Por: Antonio González Vázquez.
En el contexto de la gravísima situación de inseguridad que asola a la capital potosina, el pasado 7 de agosto, don Ariel, dueño de la tienda de abarrotes “El Sitio” en Valle Dorado, fue arteramente agredido por delincuentes que, para robar, lo balearon y desafortunadamente murió poco después. Eran tres los agresores y ayer la Procuraduría General de Justicia del Estado informó de la aprehensión de uno de los atacantes.
Se trata de un primer paso en el proceso de búsqueda de los responsables; el homicidio se mantiene con status de impune puesto que incluso, quien le disparó a don Ariel, continúa prófugo; el detenido es uno de sus compinches, pero no el asesino.
En un comunicado de prensa, la Policía Ministerial presenta la aprehensión como un logro relevante y no hace mención de que hay dos delincuentes prófugos ni aclara que el que le disparó a don Ariel, no ha sido localizado.
Astrolabio publicó el boletín de la detención, pero lo sacó de la página a petición de la familia de la víctima, pues para ellos, aun no hay nada resuelto, lo cual no deja de ser muy cierto.
Se equivoca la Procuraduría al emitir con tono triunfante un comunicado en el que da a entender que el homicidio está resuelto. Eso no es cierto, el asesino está libre.
Va para tres semanas de los hechos, por lo que es de esperarse que se continúe la búsqueda de los dos delincuentes evadidos con rigor y constancia y no se pretenda cerrar el caso porque “ya cayó” uno.
