Por: Antonio González Vázquez.
Ha sido una semana muy complicada para el gobernador Juan Manuel Carreras y para el presidente municipal de San Luis Potosí, Ricardo Gallardo Juárez en materia de seguridad. Tras el feminicidio de Viviana Elizabeth, salió la gente a la calle a expresar su inconformidad contra ambos gobernantes.
Al alcalde capitalino no pareció importarle mucho pues es de las personas que cree que su voz cuenta más que la de nadie más y que sus justificaciones son suficientes para tranquilizar hasta a un desahuciado por cáncer.
El mandatario estatal a su vez, hizo lo que se esperaba, armó una reunión con el líder de la Federación Potosina Universitaria, se tomaron la foto y listo. Asunto arreglado. Ya estamos de acuerdo.
Pero lo cierto es que a Carreras y a Gallardo el mundo se les está viniendo encima: los indicadores sobre Incidencia Delictiva del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública son una pesada lápida sobre su espalda.
El problema es que no lo quieren ver: San Luis Potosí entidad y San Luis Potosí capital están siendo rebasados por la inseguridad y no hacen nada al respecto. Octubre fue el más con mayor número de homicidios desde el 2012.
A esa espiral de violencia, se añade el caso de los feminicidios, cuatro en la última semana y las desapariciones de mujeres que, a decir del frívolo secretario General de Gobierno, Alejandro Leal, son invenciones desde las redes sociales.
Circunstancia tan grave como la que atraviesa el estado no se puede enfrentar con una simplificación tan pueril como esa. Es simple, si no desparecieran ni mataran mujeres nadie diría nada.
El feudo gallardista es tierra fértil para la delincuencia, de hecho, los municipios de San Luis Potosí y Soledad de Graciano Sánchez acumulan el 50 por ciento de los delitos de todo el estado. En la semana que concluye no hubo más ejecutados que en Soledad y San Luis.
Mientras tanto, en palacio de gobierno, el Gabinete de Seguridad se mantiene intocado y con sus mismos ineficaces integrantes. No hay nada que saque al gobernador de sus casillas, es tan pasivo que para él, 519 homicidios no es nada.