Por Antonio González Vázquez
En lugar de entregar una presea al periodista de mayor trayectoria, sea lo que sea que eso quiera decir, mejor deberían respetar al periodista y al periodismo.
En vez de bonos, mejor respeto a la libertad de expresión.
Más vale el respeto que los paquetes de publicidad con millones y millones de pesos que son dinero de la gente, millones para hablar bien de diputados que no hacen ni han hecho bien su trabajo.
Los periodistas, con o sin trayectoria, no necesitan del reconocimiento de una presea de una legislatura que ha dado más de que hablar por el escándalo que por su trabajo responsable para con la sociedad.
La Presea Francisco Zarco nacerá muerta porque proviene de una legislatura que está pasando a la historia por la Ecuación Corrupta o la Ecuación de Corrupción, llámesele como se le llame.
Tal vez habrá quien en su momento la acepte, pero es más probable que habrá también quien la rechace por tratarse del reconocimiento de una legislatura mediocre y sin mérito.
La iniciativa ya aprobada y con dictamen dispuesto para ser avalada por el pleno hoy jueves, es del panista Héctor Mendizábal Pérez. Se proponen, los diputados, congraciarse con un importante sector de la prensa que ha documentado sus excesos, derroches, afrentas y vergüenzas.
Son tan predecibles en su cortedad analítica que creen que si con los vales de despensa no se alcanza, con una presea será suficiente para detener la crítica.
Unos 50 mil pesos en vales de despensa que hasta hace unos años era de 35 mil, inversión legislativa para que los reporteros del legislativo se porten bien y los traten con benevolencia en momentos de estulticia y tormenta.
Mejor sería que respeten el trabajo de los reporteros en vez de hacer entrega de preseas sin lustre ni gloria.
En todo caso, no es a los diputados a los que toca andar entregando preseas a los periodistas, toda vez que a éstos los reconocen a diario sus lectores o audiencias; la mayoría de reporteros está satisfecho con eso.
Eso no lo entiende la legislatura de la Ecuación de Corrupción, aunque bien visto, es solo una cosa más de las muchas que no acaban de entender.
Son varios los diputados en funciones que ante la crítica, se dicen difamados, calumniados, atacados, destrozados y mancillados en su reputación.
Son varios los diputados que al leer los periódicos o escuchar un noticiero o ver un informativo en televisión, se escandalizan ante lo que de ellos se dice y, aunque sea solo la verdad, se postulan como víctimas o se asumen como inocentes linchados por una turba irracional.
Hay y ha habido diputados (que no se mencionan por la pura pena que dan) que han utilizado la tribuna legislativa, no para debatir sobre los problemas potosinos, sino para acusar a la prensa de falsaria e insidiosa.
Esos, aunque usted no lo crea, amable lector, van a colgar en el cuello de algún colega una presea a la trayectoria.
Y lo peor es que todavía falta un año para que se vayan.