Por Antonio González Vázquez
La premisa de que al concesionar el alumbrado público a una empresa privada la ciudad saldría ganando, se ha desplomado dramáticamente. Habría que pensar ya no solo en rechazar desde el legislativo de propuesta de modificación al contrato municipal con Panavi, sino incluso, pensar responsablemente en la cancelación de la concesión.
No es posible que el ayuntamiento está dispuesto pagar el triple del precio de las luminarias, eso sería intolerable y significaría una afrenta para los capitalinos. El sobreprecio de las luminarias es ofensivo.
El comparativo que publica hoy Astrolabio Diario Digital respecto de los precios de las luminarias LED entre una empresa y otra, es más que contundente y claro. Panavi y el ayuntamiento que encabeza Ricardo Gallardo Juárez quieren hacer un jugoso negocio con los recursos públicos.
La diferencia es abismal que Panavi cobra sólo por las luminarias 557 millones 724 mil pesos contra 211 millones 725 mil pesos de la empresa Newlux Innovation Ligth, la distancia es de 348 millones 995 mil pesos.
Pero lo que es de una ruindad sin límite, es que el contrato con Panavi incluya un monto de 85 millones 923 mil pesos para “mantenimiento” de las lámparas, mismo que no se requiere pues cuando una lámpara falla, el proveedor la sustituye.
Es algo así como un robo en despoblado a la ciudad.
Si en su momento los diputados llegan a aprobar la modificación al contrato que en su momento signó Mario García y que luego avaló Ricardo Gallardo, estarían incurriendo en la mayor de las irresponsabilidades, no solo políticos sino quizá también legales.
El tema está en espera luego de que se suspendió sorpresivamente llevarlo al pleno en la sesión de éste jueves. Es probable que solo se haya aplazado una semana, en cuyo caso, los diputados deberán tener tiempo suficiente para decidir si votan a favor o en contra de la propuesta del alcalde Gallardo.
Hay tiempo para meditar bien lo que van a hacer y seguramente tienen toda la información que se requiere para darse cuenta de que Panavi no fue ni es la mejor opción para la ciudad.
Si al gobernador Juan Manuel Carreras López le interesa la capital, bien haría en revisar a fondo y con rigor el caso, tal vez los diputados le hagan caso pues hay algunos que están dispuestos a dar su voto a cambio de un buen apapacho gallardista.
Otra raya al tigre es lo de menos para un importante grupo de diputados que en lo que menos piensan es en la gente.
Ayer, los reporteros de la fuente del ayuntamiento le preguntaron a Gallardo Juárez sobre su promesa de campaña de “echar abajo el contrato” con Panavi una vez que tomara el mando.
Ahora, Gallardo justifica que no lo puede hacer porque se tendría que pagar hasta el 90 por ciento del monto del contrato.
Siendo así, ¿entonces por qué dijo que lo echaría abajo?, ¿por qué dijo que era un contrato leonino y ahora lo acepta?