Por: Antonio González Vázquez.
Durante el último lustro, en San Luis Potosí ha habido 39 mil 513 embarazos de adolescentes de entre los 15 y los 19 años de edad.
En Soledad de Graciano Sánchez, una de cada cuatro adolescentes se embaraza, pero le sigue Tamazunchale con el 21.3 por ciento.
Eso dice el Plan Estatal de Desarrollo 2015-2021 donde se afirma que los embarazos adolescentes van en descenso, pero con independencia de ese optimismo oficialista lo cierto es que la cantidad es muy elevada si se considera que el presente y futuro de las adolescentes se transforma dramáticamente.
Pero no se alarme ni se preocupe nadie que el Gobierno del Estado ya tiene una solución para atender el fenómeno.
El Instituto de las Mujeres del Estado ya encargó la elaboración de un “diagnóstico” sobre la situación. Cuanto tino y sensibilidad como se podrá apreciar, a un problema ancestral se le enfrenta con un diagnóstico, como si fuera el embarazo entre adolescentes fuera algo que surgió ayer.
“Entre los objetivos del estudio se encuentran: identificar como viven los derechos sexuales y reproductivos la población adolescente de 15 a 19 años de edad, así como los factores de riesgo o protección frente al embarazo adolescente en este grupo poblacional; definir los factores de riesgo o protección que las mujeres embarazadas de la región confrontan (alimentación, inmunización, enfermedades agregadas, prácticas de control prenatal y preconcepcional); describir las experiencias que las mujeres madres de menores de un año tuvieron durante sus procesos de parto y postparto con personal profesional y de partería”.
El diagnóstico se hará en municipios de la zona centro.
Seamos optimistas, quizá para el 2021 se cuente ya con una estrategia en marcha, mientras eso pasa, miles de potosinas continuarán cambiando sus libros o sus muñecas por pañales.