Tan oportunista como cualquier político en busca de reflectores para su protagonismo es el gobernador Juan Manuel Carreras López, que se montó de inmediato en el deplorable caso ventilado en redes sociales, en el que un grupo de jóvenes prende fuego a un perro y se divierten hasta que el animal muere. El caso ocurrió en algún lugar del municipio de Santo Domingo.
A través de change.org, un ciudadano inició una demanda de justicia al solicitar al gobierno de San Luis Potosí castigo para los responsables. Una de las firmas de apoyo a esa demanda fue la del cómico Eugenio Derbez y más rápido que inmediatamente, el gobernador Juan Manuel Carreras hizo eco del llamado del comediante.
Carreras aseguró en Twitter que “ya estamos investigando este lamentable caso de maltrato animal, en San Luis Potosí no permitiremos hechos como este”.
El mandatario se indigna por el suceso en el que la víctima es un perro y no dice nada y se desentiende de dos víctimas de acoso sexual por parte de un funcionario de su gobierno. Eso es doble moral, doble cara.
El gobernador deplora la tortura y muerte de un perro pero no tiene palabras en favor de Berenice Navarro Gil y Nohemí Montelongo Mendoza, víctimas de acoso sexual por parte del director del Museo del Ferrocarril, Rodolfo Ariel Acevedo Oliva.
¿Por qué en este caso no anuncia investigación contra ese funcionario bajo su premisa de que en San Luis Potosí no permitiremos hechos como este?.
Por supuesto, el video que en redes sociales causó indignación sobre el perro convertido en tea para solaz de unos cuantos bárbaros, obliga a hacer algo porque ese evento tan monstruoso refleja la pérdida de valores entre jóvenes que se divierten causando daño.
Pero tanto o más importante es caso del sufrimiento de dos mujeres que perdieron el empleo porque se negaron a ser juguete sexual de un funcionario que campechanamente sigue cobrando sus quincenas sin que el gobernador se de por enterado.
Es oportunista el gobernador porque atiende a una petición electrónica de un comediante y no hace nada ante una carta que las víctimas le entregaron para rogarle que se haga justicia.
Bien visto, el oportunismo de Juan Manuel Carreras, es el mismo oportunismo de tantos políticos simuladores de los cuales, la sociedad ya está cansada.
