Por: Antonio González Vázquez.
El Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana tomó una decisión trascendente respecto de los probables actos de promoción personalizada de servidores públicos con vistas a procesos electorales futuros.
Ordenar a los ayuntamientos de San Luis Potosí y Soledad de Graciano Sánchez que modifiquen su publicidad para hacerla realmente institucional ha sido un acto fundamental a favor de la legalidad.
En la democracia las cosas pueden funcionar sin problema alguno, es suficiente con que las autoridades electas actúen con apego a la ley y respeten el Estado de Derecho y que las instituciones públicas hagan respetar la ley.
El Consejo Estatal Electoral está para vigilar que los servidores públicos, especialmente los electos en las urnas, no se apropien del cargo público, lo tengan como propio y lo utilicen para pavimentar sus aspiraciones políticas en el corto plazo. Es claro que un lema de campaña electoral de candidatos de un partido no se puede convertir luego en lema institucional de gobiernos o de representantes populares.
Que la autoridad electoral de una muestra de autoridad, es positivo en tanto que más vale acotar y detener los excesos, que permitirlos para que luego se puedan salir de control en perjuicio de todos.
Los ayuntamientos están para trabajar de manera institucional por los ciudadanos, las campañas de tintes futuristas están del todo fuera de lugar, puesto que la obligación principal es trabajar para todos los ciudadanos. Descuidar eso en planes políticos materializados en campañas publicitarias financiadas con recursos públicos es algo que deja mucho que desear.
Lo que más y mejor habla de una autoridad es su trabajo, sus aciertos, su eficacia, su sensibilidad. Eso es lo que permite ganar apoyos y a eso es a lo que deben atenerse alcaldes o diputados o gobernadores.
La publicidad y la propaganda no ganan por supuesto las elecciones, pero si influyen en el ánimo de la gente y con ello todo se torna inequitativo. Que los políticos hagan campaña y se promocionen en el momento oportuno, para existen los calendarios electorales, para observarlos y cumplirlos.