Por: Antonio González Vázquez.
El rector de la Opacidad, Manuel Fermín Villar Rubio es también rector de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí que, por tantos misterios que tiene la vida, es más opaca que el lado oscuro de la luna. Siempre autónoma por mi patria educaré o Siempre autónoma por mi rectoría ocultaré.
La información que publica Astrolabio Digital es contundente, en la UASLP se ocultan datos que de acuerdo con la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública debieran ser públicos.
A la Unidad de Información Pública la presentaron una solicitud de información en la que el peticionario solicitó información sobre familiares del rector Villar que tienen cargos dentro de la Universidad.
Gladis Farias de Villar, Jefe de Relaciones Públicas y Catedrática de la Facultad del Hábitat, Gladis Villar Farias, Dirección de Imagen y Promoción Institucional y Sofía Villar Farias, Departamento y Diseño de Construcción de Espacios. Y también, Jonathan Corpi Navarro, profesor Adscrito a la Facultad de Contaduría y Administración.
Para ser más claros, le solicitaron a la Universidad Autónoma de San Luis Potosí datos de empleados de la Institución que resultan ser ni más ni menos que la esposa, las hijas y el yerno del rector Villar Rubio.
Qué bonita familia, tan unidos, tan universitarios.
En la Universidad del Siempre autónoma por mi familia ocultaré, el Comité de Información de la Unidad de Información Pública respondió que esa información es confidencial.
Suena a mal chiste y lo es. Lo que les solicitaron debería ser información pública de oficio pero para la rectoría de la opacidad, esos datos son confidenciales.
Lo que el peticionario de información quería conocer era simplemente los documentos que acrediten los nombramientos a favor de los familiares del rector y la fecha en que entraron a la voluminosa nómina universitaria.
Bueno, a la Unidad de Información de la rectoría opaca también le pidieron los nombramientos y los documentos que comprueben todos los ingresos obtenidos por la parentela del rector, así como de los resultados de las hojas de actividades, evaluaciones y exámenes por oposición a los que hayan sido sometidos.
Como esa información debe ser de suyo, tan delicada como escandalosa, se fueron mejor por la ruta del cinismo y respondieron que son datos confidenciales.
Pero si hubiera duda de la opacidad con la que se maneja la Universidad, al peticionario le proporcionaron una dirección electrónica donde encontraría información relacionada al tema. Y como no podría ser de otra manera en el reino de la opacidad, la ruta de acceso indicada no sirve.
Es muy probable que el peticionario recurra a la Comisión Estatal de Garantía y Acceso a la Información Pública y se inconforme, lo que supone que en su momento, esa instancia ordenará a la UASLP que entregue esa información.
De nada sirve el derecho de acceso a la información pública si un ente obligado como lo es la Universidad no tienen voluntad para respetar ese derecho constitucional.
Mal ejemplo dan la Universidad y el rector Manuel Fermín Villar Rubio con su actitud de opacidad; deberían tomar en cuenta que cuando se esconde la información, es por algo.