Sería más fácil encontrar el esqueleto fosilizado de un dinosaurio bajo tierra en la Plaza de los Fundadores que democratizar la elección del rector de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.
En la institución pública de educación superior más importante del estado, paradójicamente, prevalecen anquilosadas formas del poder como la del absolutismo y el autoritarismo: una persona por encima de la institución.
En las aulas, laboratorios, auditorios y cafés universitarios donde se estudia y se socializa el conocimiento, ahí donde se conversa con inteligencia y se moldean mentes brillantes a fuerza de conocimiento, no cabe más el engaño, la estafa, el prurito de que hay democracia en el ejercicio del poder burocrático de la Universidad.
No porque su reglamento lo diga necesariamente es la Biblia: la elección del rector y de los directores de escuelas y facultades es una burda simulación de un proceso pretendidamente legal, pero inmoral a todas luces.
Cuando el diputado Sergio Desfassiux Cabello tomó la tribuna del Congreso del Estadio para señalar a la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, como una institución opaca, gris y elitista no estaba faltando del todo a la verdad. Eso es lo que piensan muchos dentro y fuera de la institución.
Se refería, entre otras cosas, al procedimiento de elección del rector y de los directores de escuelas y facultades, cosa que es de lo más antidemocrático que existe. Es absurdo, pero un concilio de empleados del rector en turno, es el que define, en privado y luego de una grilla secreta, si se elige o se reelige a alguien como rector.
Ninguno de los 29 mil alumnos y ninguno de los cientos de empleados y cientos de docentes, tiene participación en la elección directa de rector ni de director. A los directores los elige el rector y para ello el protocolo dice que el Consejo Directivo Universitario es el que define.
El diputado del PRD suele decir cosas que no gustan, podrá o no tener razón, pero lo dice y esta vez le tocó a la otrora intocable universidad.
Llamo pedante al rector Manuel Fermín Villar Rubio. En tribuna, ese diputado dijo algunas cosas del rector y del procedimiento de elección, pero el rector le dio una lectura incorrecta al acontecimiento: lo criticaron a él, no a la Universidad.
Por eso, se equivocó al publicar un desplegado donde se pretende poner a salvo el honor de la institución cuando el honor que estaba en juego era solo el del rector Villar Rubio.
En la página web de la UASLP se publicó ese desplegado con el desatinado concepto de Mensaje a la comunidad universitaria. Se confunden en rectoría, puesto que los enemigos de la Universidad están dentro de la propia institución y que por décadas, la han maniatado.
Las mezquindades propias del actuar del poder universitario son tan negativas que las de carácter político o partidista. Mezquino es tener a directores, docentes, líderes sindicales y demás elite universitaria comiendo de la mano.
Si la UASLP fuera realmente lo que el desplegado dice que es, ya se le habría hecho justicia a Diego y ya se habrían reformado los estatutos para abrir a consulta la elección del rector y los directores y coordinadores.
Puede ser que el diputado Desfassiux acostumbre decir tonterías, pero es indudable que cuando se ha referido a la universidad es porque sabe realmente lo que está diciendo.