Al día de hoy, lo poco que se sabe de Sandra Sánchez Ruiz, no es por la vocación del ayuntamiento capitalino sino por las indagaciones de Astrolabio digital. No sabemos mucho por lo que ha informado o en su caso, contestado el ayuntamiento y sus funcionarios empezando por el alcalde Ricardo Gallardo. No es que este medio se ufane de nada, es solo que seguimos la huella de la noticia.
En ese contexto, a tres de semanas que el caso se hizo público tras una investigación del periodista Victoriano Martínez Guzmán y a la que se ha sumado Eduardo Delgado, se ha publicado la primera fotografía de Sandra Sánchez Ruiz.
Es el primer testimonio de que la proveedora de medicamentos para el personal de confianza municipal si existe, pese a que en el domicilio donde se suponía habita, pues nunca se le encontró y de hecho, ni la conocen.
La proveedora de los 34 millones de pesos en medicinas está inscrita en el padrón electoral, su credencial del IFE, tiene la clave de elector número SNRZSN68071409M700.
A cuenta gotas, se han publicado nuevos datos y se han arrancado algunas declaraciones de servidores públicos municipales, mismas que poco han contribuido a aclarar el tema puesto que se han limitado a denunciar una campaña de desprestigio, lo cual, resulta obvio, es una mera ilusión propia de quienes ven en el horizonte moros con tranchete.
Nuestros lectores han visto desde el pasado 31 de marzo un seguimiento al tema al colocar el caso es la frontera con un presunto acto de corrupción, o por lo menos, de un exceso en el discrecional manejo de los recursos públicos.
Así, mientras en el caso de la compra de medicinas por un monto de 34 millones de pesos es evadido en lo posible por la administración municipal, se acude a una posición a la defensiva. Eso no es necesario, lo que urge es que se actúe con institucionalidad y apego a la verdad.
Del mismo modo en que se empiezan a ventilar los excesos y manejo sucio del presupuesto por parte de Mario García, el caso Sánchez Ruiz también debe airearse a favor de la sociedad.
Es de esperarse que Mario García y sus colaboradores sean llevados a juicio una vez que se demuestre una actuación indebida de los recursos públicos, lo cual, el ayuntamiento ya ha empezado a soportar con datos de la Contraloría Municipal.
Como quiera que sea, lo más saludable políticamente hablando para el ayuntamiento y Ricardo Gallardo, es que se acuda a la vía de la transparencia y de una real rendición de cuentas. Nuestro voto de confianza para el edil y que aunque suene trillado, que de la anterior y de la actual administración, en su momento, se evite caer en la tentación de la impunidad.
