Por Antonio González Vázquez
Con tono triunfalista que no corresponde a la realidad, el gobierno de Juan Manuel Carreras López reporta sendos golpes contra delincuentes que “perturbaban la paz y tranquilidad de los potosinos”.
Peregrinamente, se lo han llegado a creer, que a periodicazos, por no decir a boletinazos, se puede modificar la realidad.
Hace apenas unos días, ésta estrategia de la comunicación exageradamente halagüeña hizo notar que el estado sigue creando miles de empleos y que ya van más de 400 mil asegurados permanentes en el Seguro Social, que es la entidad con menor tasa de desempleo y que se ha abatido la pobreza en sus distintas dimensiones; que es la entidad que en los hechos, ha logrado bajar las tasas de marginación de manera significativa y que también es la entidad que atrae más inversiones de todo el mundo.
La clásica, del vamos a la vanguardia, es la clave de la estrategia comunicativa que se propone demostrar que el gobierno de Carreras no está paralizado y que va adelante aunque no lo parezca.
En materia de seguridad pública está más que demostrado con los datos oficiales que la inseguridad y el delito han crecido enormidades. Eso es incontestable y se comprueba con los más de 700 homicidios acumulados desde el arranque del gobierno de Carreras al día de hoy.
En enero pasado, el aumento en el número de homicidios confrontado con enero de 2016, fue del 100 por ciento. San Luis fue en enero, unos de los 24 estados de la república donde el repunte de homicidios creció más, pero fue uno de los cinco estados donde el aumento superó el 100 por ciento.
La percepción de inseguridad en el estado cerró 2016 en 80 por ciento y el número de mujeres asesinadas por su condición de ser mujeres también va al alza: la prensa reportó 32 en un año.
Datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública dicen que el año pasado se cometieron 8 mil 112 robos, es decir, 676 mensuales o más claro aún, 22.2 robos diarios.
El año pasado se perpetraron 1 611 robos a casas habitación y en enero pasado, hubo 851 robos en todas sus modalidades, 179 a casas habitación.
Todos los delitos han aumentado, es imposible negar eso, pero según el gobierno de Carreras hay buenos resultados.
De enero de 2016 al 15 de febrero se desarticularon 24 bandas delictivas y fueron detenidos mil 693 personas por cometer diversos delitos. Según el gobierno, se ha detenido a 4.27 delincuentes diariamente.
No solo eso, a decir del gobierno estatal, 306 de esos detenidos, habían cometido delitos de alto impacto: 14 por feminicidio, 19 por extorsión, 203 por homicidio doloso, 39 por robo de vehículo y 31 por secuestro.
El gobierno de Carreras afirma que los logros antes citados no son todos, aún hay más golpes contundentes contra los criminales: se ejecutaron mil 231 mandamientos judiciales, se liberaron a 18 personas secuestradas y fueron recuperadas 57 vehículos con reporte de robo.
Con estos datos, el gobernador Carreras pretende demostrar que la entidad es segura, tranquila, pacífica, plácida, apacible, todo un paraíso, es decir: Güerolandia.
Lo que no dice el gobierno es si esos datos son ciertos o están tan alterados como los informes de incidencia delictiva como denunció México Evalúa. San Luis es una de las entidades que ha manipulado el número de homicidios dolosos a la baja con la intención de reportar a la opinión pública menos crímenes de los que realmente ocurren.
La publicidad y propaganda no resuelven los problemas, sólo maquillan la realidad. La información sesgada e incompleta no le devuelven la tranquilidad a la sociedad, se equivoca el gobierno al pretender pasar por efecto cuando sus resultados son insuficientes y hasta precarios.
Solo un ejemplo: al cierre de enero iban 674 homicidios y el gobierno reporta 203 detenidos por homicidio; es decir, hay 471 homicidios en la impunidad.
Pero no es novedad que un gobierno diga que lo está haciendo bien, de hecho, hasta el más mediocre lo hace y el caso de San Luis Potosí pintado de Güerolandia es uno de esos.
Por cierto, tan solo la prensa documentó de marzo de 2016 a marzo de 2017, 32 feminicidios y el gobierno informa que han sido detenidos a 14 autores de feminicidio, lo que supone que hay 18 casos en la impunidad.
La estrategia orientada a mejorar la imagen del gobierno en el tema de la seguridad no es la más acertada porque se acabaron, desde hace mucho, los tiempos en que decir una mentira mil veces la convierte en verdad.
Y si acaso Federico Garza Herrera con ello pretende demostrar que es un gran Procurador y que lo justo es que se le eleve a categoría de Fiscal, allá él por aventurarse a exhibir tan magros resultados.
Y por no dejar, si es cierto que fueron desarticuladas 24 bandas del crimen organizado que digan a que carteles pertenecen, que digan los nombres de sus cabecillas y su posición entre los más buscados en México, que digan qué delitos cometieron y cuántos, qué vínculos tienen con los grandes capos, que digan cuantas armas y bienes decomisaron, cuántas víctimas dejaron.
Cuando se ve ese tipo de reportes queda la impresión que aprehendieron a delincuentes comunes y que les pusieron el disfraz de criminales de altísima peligrosidad.
No sé porqué, pero recuerdo la escena de la El Infierno de Luis Estrada: en una celda que parece una pocilga en un estado cualquiera de México, están detenidos unos sicarios de poca monta y cuando los presentan a un jefe de la policía federal, los señalan como líderes del cartel tal que es el brazo armado del cartel tal o bien, que son operadores financieros del cartel tal o también, que son la célula violenta dedicada al trasiego de drogas, secuestros, extorsión, cobro de piso y los meros-meros jefes de la plaza.
Pero bueno, parece que ya no vivimos en San Luis sino en Güerolandia, versión de medio pelo de la Marcelandia de triste memoria.