Por: Antonio González Vázquez.
Lo deseable es que el procurador de Justicia, Federico Garza ahora sí honre su palabra y que ahora sí le cumpla a las víctimas. En dos ocasiones, el procurador ha dicho que en un mes estaría concluida la investigación de la muerte de Diego González y eso resultó falso. Se había comprometido a resolver el caso antes de que se cumpliera un año de la muerte del menor y no cumplió, faltó a su palabra.
Ahora se vuelve a poner un plazo, pero en el caso de la muerte en un accidente carretero de estudiantes del COBACH ocurrido en mayo del año pasado en el que murieron once personas.
A familiares de los estudiantes fallecidos, les prometió que en quince días estará con ellos en Tancanhuitz para dar respuesta a peticiones que le hicieron ayer en la Procuraduría.
Lo deseable es que el procurador cumpla su palabra, aun tiene tiempo de hacerlo. Garza Herrera tuvo la oportunidad de dar a los familiares de las víctimas una muestra de voluntad, pero no lo hizo. Debió despedir de inmediato a la agente del Ministerio Público de Rayón, Adriana Moya Méndez por el comportamiento déspota e insensible que ha dado a los deudos.
El procurador debió tomar el teléfono y despedirla de inmediato, pero no lo hizo, ni siquiera tuvo tamaños para ordenar una investigación inmediata pese a que dicha funcionaria dijo a los padres de los estudiantes muertos que su caso le vale madres.
El procurador debió cesarla, pero no lo hizo; en quince días tendrá oportunidad de enmendar, ojalá no caiga en desmemoria como en el caso de Diego. Lo que quieren los familiares de los estudiantes muertos es justicia, que se haga justicia.
Basta con investigar a los directivos del COBACH 14 y a los maestros que estando a cargo de los estudiantes, los dejaron abandonados en la carretera en donde encontraron la muerte. Así, solos en la carretera.
En 15 días lo esperan en Tancanhuitz, no se le ocurra dejar plantadas a las familias que dicen, todos los días mueren sin sus hijos.
