Por: Antonio González Vázquez.
No debe pasar inadvertido el asesinato o ejecución de Francisco García Hernández, ex candidato del Partido Revolucionario Institucional al ayuntamiento de Tampamolón y ex funcionario de ese municipio en el trienio 2009-2012.
No debe pasarse por alto que la inseguridad en todo el estado es real y que alcanza magnitudes insospechadas. Por más que el gobierno pretenda minimizar la violencia y su saldo negativo, es un hecho de que vamos de mal en peor.
Al profesor García Hernández lo sacaron de su casa bajo engaños, lo llevaron a un camino apartado y lo mataron. De eso ya hace 48 horas y ni el PRI, ni el Gobierno, ni la Procuraduría General de Justicia dicen nada. Para ellos, la violencia es lo normal.
Lo de moda en los distintos niveles de gobierno es la farsa de la austeridad para seguirle la corriente al presidente Peña. Ante los efectos del gasolinazo y la revuelta popular, la respuesta es la engañifa de bajar salarios a los funcionarios de todos los niveles.
Pero más allá de eso que parece acaparar la atención generalizada, está el hecho de que los crímenes no paran y que el año ha empezado con hechos violentos y tan significativos como la ejecución del ex candidato del PRI en Tampamolón.
En 10 días, 7 ejecutados, incluidos un agente de Seguridad Pública y un ex agente de la Policía Ministerial.
Mal empieza el año y muy pocas esperanzas hay de que disminuya la incidencia delictiva; San Luis Potosí es pacífico solo en la obtusa mente del gobernador y sus colaboradores.
