Por Antonio González Vázquez
Los magistrados electorales en el estado dejaron ir una invaluable oportunidad para limpiar un poco su deteriorada imagen y por voluntad propia, ofrecieron un ejemplo más de su nulo respeto por la equidad.
Pudieron ofrecer la presidencia del Tribunal a la magistrada Yolanda Pedroza Reyes por ser su último año en el cargo, pero su mezquindad fue mayor y en el colmo, Oskar Kalixto votó a favor de él mismo para presidir el Tribunal.
La pequeñez de los magistrados Kalixto y Garza de Lira es monumental y hace más visible el caso de violencia política que enfrenta la magistrada Pedroza.
Este lunes se reúne el pleno del Tribunal Electoral del Estado y será la primera sesión que presida Kalixto Sánchez a quien seguramente no le abruma el hecho de ser presidente gracias a su propio voto.
Si en realidad Kalixto Sánchez quisiera “limpiar su nombre”, habría sido mejor ceder la presidencia a la magistrada como una muestra de voluntad política y de compromiso con la equidad y en reconocimiento a una mujer a la que no se ha tratado con respeto.
Pero no fue así. Debió ser algo ridículo.
Se reúnen Garza de Lira y Kalixto Sánchez porque es necesario renovar la presidencia, el primero ya no la puede tener por un tercer año, así es que seguramente le dice a su par, pues te toca a ti, pero como somos solo dos, tienes que votar por ti mismo.
El cinismo es tan simple que se convierte en una vergüenza.
¿Quién puede confiar en servidores públicos de ese perfil?
Seguramente, nadie.