CAJA NEGRA. Jocelyn y 14 más: amarga celebración del Día de la Mujer

 

Hoy en el Día Internacional de la Mujer, lastimosamente, aun tenemos fresca en la memoria el feminicidio de Samantha Jocelyn, la estudiante de la Facultad de Medicina que murió trágicamente durante la madrugada del domingo. La celebración de este martes está de luto.

Hay que conmemorar el día con más tristeza que con alegría porque en San Luis, de octubre a la fecha, van quince mujeres que mueren violentamente, ya sea por el hecho de ser mujeres o como víctimas de la delincuencia organizada.

 

Vaya paradoja, pero en la víspera de este 8 de marzo, domingo, lunes y hoy, las principales noticias están relacionadas con el caso de Jocelyn. La muerte no es la realidad de todas las mujeres mexicanas o potosinas, pero si es la realidad de muchas que ya no viven o que viven en la constantemente incertidumbre de ser víctimas de una agresión.

La espiral de violencia que tiene asolado al país desde hace ya más de una década ha dejado decenas de miles de muertes y entre ellas, la de cientos o miles de mujeres. En ese contexto, el feminicidio es algo más atroz porque se le quita la vida por ser mujer.

 

Hace ya varios meses que la Comisión Estatal de Derechos Humanos emitió su informe sobre feminicidios y solicitó al gobierno estatal que pidiera la declaración de alerta de género a la Secretaría de Gobernación. La burocracia está en eso, tan lenta en tomar decisiones que es una indignación.

Van quince mujeres asesinadas en el espacio de cinco meses y no hay cómo ponerle alto a esa afrenta social. El gobierno con sus instituciones de membrete sirven tanto como nada, son un aparador para simular que hay políticas públicas sobre el tema.

Cada mujer que ha muerto en lo que va de esta administración tiene nombre y tenían familia. No pueden ser un número más. Nada podría ser tan duro como perder a una madre, a una esposa o a una hija y que sobre eso, el gobierno en sus tres niveles no haga nada lo suficiente para cambiar la situación.

Hoy habrá muchos discursos, entre ellos el del gobernador, pero eso en absoluto cambia o atenúa la grave situación. Si como hablan nuestros gobernantes y políticos trabajaran y acertaran con ello, otra cosa sería. Tal vez lo mejor es que hoy guarden silencio, no tienen nada que decir a no ser el reconocimiento de sus culpas.

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