Por Antonio González Vázquez
Mario García Valdés quería ser gobernador de San Luis Potosí. Por esa razón, mandó al demonio a la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, a la que renunció para convertirse en candidato a la presidencia municipal capitalina; era el primer paso para cumplir el anhelo de su “corazoncito”: ser gobernador.
El 27 de febrero de 2012, Mario García fue jubilado por unanimidad por parte del Consejo Directivo Universitario. En ese momento se aprestaba a ser candidato a la alcaldía por la grosera alianza del PRI y PVEM.
García Valdés no lo pensó dos veces, hizo a un lado a la Universidad a favor de sus pretensiones políticas y la UASLP lo premió con una pensión exageradamente bondadosa para alguien que le dio la espalda y la utilizó como escalón político.
La información que le presenta hoy Astrolabio Digital es de esas que lastiman, que ofenden y que se erigen como afrenta a la sociedad. Mario García se echa a la bolsa poco más de 3 mil pesos diarios de jubilación, cantidad que reciben miles de jubilados asalariados, pero al mes.
Los trabajadores de la UASLP deben llegar a los 65 años o trabajar más de 30 años para que los jubilen correctamente y solo si cotizaron como debía ser ante el ISSSTE. Mario García no se preocupó de eso, simplemente le dijo a su sucesor, Manuel Fermín Villar Rubio, cuanto quería y ya está.
Cosas de la enviciada universidad: se quejan día y noche que no hay dinero pero al ex rector eso nunca ni ahora, le quitó el sueño, por el contrario, su cachaza tan gruesa le da para cobrar sin ningún rubor cada mes.