Por: Antonio González Vázquez
No siempre sucede, pero ésta vez podría ocurrir. Podría suceder que la justicia se hace y que la justicia llega al justiciable. No siempre sucede eso porque México es un país donde reina la impunidad.
Pero podría ser que suceda y que la justicia sea completa; justicia en toda la extensión de la palabra y del concepto.
En las parcelas de la justicia no siempre ocurre algo sorprendente, algo que nos asombre, algo que haga abrigar la esperanza de que la justicia no es solamente una señora con los ojos vendados y con una balanza en lo alto de su brazo.
Tal vez ahora si pueda suceder algo y que ese algo sea que a José Rubén Díaz Pérez se le indemnice por los años que indebidamente pasó en prisión y por la tortura de que fue objeto por servidores públicos.
Puede ser una locura esperar que un tribunal pueda emitir un fallo contra los Poderes Ejecutivo y Judicial, lo que supone llevar a juicio al gobernador, al procurador y al juez que emitió sentencia contra José Rubén respecto de un doble crimen que no cometió.
Es cierto, suena a absurdo, ilógico y hasta irracional, propio de mentes ajenas a la realidad, que viven en el mundo de los sueños.
Sin embargo, puede que suceda algo, puede que la justicia despierte y reaccione a favor de una víctima de un sistema corrupto e ineficiente.
Como adelanta el abogado de José Rubén, van por la demanda ante el Tribunal Estatal de lo Contencioso Administrativo. Están en su derecho y se diría, hasta con la obligación de actuar para dar ejemplo de que al Poder también hay que ponerle un hasta aquí.
Lo torturaron y encarcelaron y luego se ordenó su liberación por ser inocente, es claro que alguien debe pagar por eso y es claro que alguien debe indemnizar a José Rubén por lo que le hicieron.
No es solo cuestión de centavos sino de algo más importante, es cuestión de una verdadera justicia, la de los hechos y no la de las palabras floridas y los sentidos discursos entre pecho y espalda.