Estamos en plena cuesta de enero y no hay razones para poner en duda que la cuesta arriba irá más allá del primer mes del año. Nuestra economía no es lo sólida que se quisiera y el desempeño de las actividades productivas y comerciales suele arrancar con pasmosa lentitud, a lo que se agrega el hecho de que las familias terminan virtualmente con los bolsillos vacíos luego de las fiestas de diciembre. Es decir, el panorama es más que triste.
No obstante que el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática reporta que la inflación cerró 2015 de manera estable en una tasa promedio anual de 2.31, la impresión que se tiene es que las cosas son más cada día más caras.
Por ejemplo, el Índice Nacional de Precios al Consumidor refleja que al cierre del año pasado los mayores incrementos se dieron en servicios de salud y educación, cuyos aumentos tienen tasas superiores a los de la tasa anual de inflación. Esto, solo por citar dos casos, pero a éstos se les puede sumar el transporte, las prendas de vestir, el calzado e incluso los servicios de recreación.
Dentro de la canasta básica, se tienen incrementos en legumbres, jitomate y pan entre una gran variedad.
Es decir que la cuesta de enero en modo alguno es un mito o una historia que cuentan los abuelos o un cuento chino de los economistas: es una realidad y muchas veces, esa realidad no es debidamente reflejada en los indicadores oficiales.
Por eso, como cada año, desde el inicio de este 2016, empezó el peregrinar de pignorantes al Nacional Monte de Piedad, así como a casas de empeño de las que ahora hay por doquiera.
La Asociación Nacional de Casas de Empeño espera que durante los meses de enero, febrero y marzo se mantenga un aumento en los empeños del diez por ciento, por lo que en el primer trimestre será del 30 por ciento con relación al mismo período del año anterior.
El monto anual de recursos que se mueven en ese sector de los empeños, es de 35 mil millones de pesos, lo cual, da una idea de cual es la dimensión de la urgencia que apremia a miles de mexicanos cuando se quedan sin dinero.
Entonces, la cuesta de enero apenas lleva una semana y lo que falta.
