Por: Antonio González Vázquez.
La crisis de la gasolina en el estado ha tenido la virtud de mostrarnos, una vez más, el peor rostro de la burocracia: ineficiencia, ineptitud, simulación, cinismo e irresponsabilidad son apenas algunos de los rasgos de ese rostro tan perverso como calculador y oportunista.
A una semana de que explotó la crisis de la gasolina, ha habido bloqueos de calles, carreteras y avenidas, riñas e insultos entre ciudadanos que pelearon por un bidón de combustible, siniestros y bombas molotov.
Ha habido larguísimas filas de todo tipo de vehículos en espera de que las gasolineras les dieran servicio, mucho realizaron esperas de dos, tres y hasta cinco horas por unos cuantos litros de gasolina. En la prensa nacional, San Luis destacó por ser una entidad donde el problema se salió de control con una ausencia total de las autoridades en los primeros días de la crisis.
En las redes sociales se desbordaron las críticas al gobierno, a Juan Manuel Carreras y Enrique Peña Nieto. La gente se encolerizó y pasó un trago muy amargo en plena navidad.
Todo, gracias a la bendita burocracia que solo sirve para tragarse los recursos públicos sin descanso; bendita burocracia que forma parte del quizá sindicato más corrupto que exista en el país como lo es el petrolero.
La ineficiencia gubernamental es tan grande que no nos cabe en la mente como para darle un calificativo acertado: una semana con problemas de abasto de gasolina en uno de los países con mayor producción de hidrocarburos.
Es un absurdo, México está entre los diez países con mayor producción y con mayores reservas de petróleo a nivel mundial, pero ahora no solo tenemos la gasolina más cara sino que ahora ni siquiera la hay.
Ante la contingencia, el gobierno de Juan Manuel Carreras se vio lento y torpe, mientras que Alejandro Leal, creyó que con una conferencia de prensa sería suficiente para eliminar por decreto el desabasto.
Una semana después de agudizado el problema Gobierno del Estado afirma que hay un avance del 70 por ciento en el abastecimiento de combustible en las gasolineras; se espera que este jueves el problema se haya resuelto en definitiva.
Puede que así sea, pero es un hecho que la imagen del gobierno potosino y del federal ha quedado por los suelos, los miles de afectados buscan responsables de la contingencia y tienen suficientemente claro quienes son.
En razón de ello, los encargados de la imagen del gobernador Carreras se han apurado a emprender una estrategia de control de daños y a diario emiten información en la que se coloca al doctor Carreras como el “gestor” de la solución del problema.
Han armado presuntas reuniones con empresarios del sector de las gasolinas y con líderes del sector privado, funcionarios estatales, federales y municipales en las que se concluye que “gracias a las gestiones del señor gobernador”, en las próximas horas ya se regularizará el servicio.
Es decir, que en el contexto de la crisis de la gasolina, en una semana el mismo gobierno ineficiente, omiso e irresponsable, de un día para otro se tornó eficiente, responsable y buen gestor. Así es la propaganda gubernamental.
“Ante las gestiones (de Carreras informa Carreras) se avanza en la cobertura de suministro de gasolinas, que alcanzará el cien por ciento en las próximas horas, luego de la puesta en marcha del operativo especial”, dice un comunicado de ayer.
La pregunta válida en ese sentido, es ¿porqué no hizo eso hace una semana sino hasta ahora?
En este episodio, el saldo para el gobernador Carreras es del todo negativo y por más que se le quiere colocar desde la publicidad oficial como el gestor de las soluciones, en el fondo, se le recordará por su omisión y negligencia al intervenir cuando el problema había rebasado ya a las autoridades.
