CAJA NEGRA: La intolerancia que viene

 

Por: Antonio González Vázquez.

 

La intolerancia tomará las calles de la ciudad el próximo sábado. Los cofrades de la vela perpetua, tan dolientes que son, lanzarán plegarias al aire y rezarán rosarios una y otra y otra y otra vez para que el todo poderoso haga el milagro de enterrar las iniciativas de ley que en todo el país, se promueven para legalizar los matrimonios igualitarios.

El sábado la intolerancia se vestirá de negro y con todo y velo andarán por las calles para pedirle a Dios y de paso al gobierno y a los diputados que sepulten cualquier tentación por normalizar el matrimonio igualitario. De hecho, se entiende, los únicos autorizados para tener tentaciones son los de la sotana que, como se sabe, tiene un historial negro en todo el mundo por su proclividad a ceder a la tentación por las pieles adolescentes.

El sábado de intolerancia, habrá romería de potenciales beatos que le pedirán a quien los quiera oír, que pongan alto a cualquier intento de permitir en la ley el matrimonio entre homosexuales y entre lesbianas también. Por Dios, hasta dónde hemos llegado, dirán mientras recen a discreción para ahuyentar al demonio de la igualdad.

La intolerancia se paseará como el ángel exterminador para acallar las voces y voluntades de quienes creen que amar es algo bueno. Esa intolerancia del sábado será ese día, como una hidra de mil cabezas o al menos de unas 110, que es el número de ciudades dónde van a marchar con intolerante disciplina.

En ese caso, la intolerancia potosina no se puede quedar atrás y habrán de hacer su proclama pública contra todo aquello que huela a homosexual.

El sábado la intolerancia provocará la penumbra a su paso e intentará ocultar el arco iris de la diversidad. Eso quieren en un país donde pese a ellos y a muchos, las cosas han cambiado: el matrimonio homosexual es solo una forma más de matrimonio igual que el llamado tradicional. Parafraseando a Silvio, no es lo mismo pero es igual.

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