CAJA NEGRA: La poderosa Universidad

 

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La Universidad Autónoma de San Luis Potosí pesa mucho, incluso, parece pesar mucho más que la muerte de un niño.

La influencia universitaria lo abarca todo y como un cáncer, destruye todo, principalmente aquellos valores humanos que deberían regir en una institución educativa de nivel superior.

El rector es influyente, el director o directora de una escuela o facultad son influyentes por extensión, pues sus nombres se relacionan con algo tan ambiguo como lo es la llamada “universidad de la excelencia”.

 

Tan poderosa es la universidad como lo es la iglesia católica, negarles es un favor es punto menos que imposible.

 

Ni más ni menos, el Procurador General de Justicia, Federico Garza Herrera es maestro en la Facultad de Derecho y es uno de los universitarios más influyentes. Jamás osaría actuar en contra de la universidad.

Decimos que la universidad tiene un grave peso político porque sus relaciones empiezan con el gobernador y pueden bajar hasta la modestia de cualquier presidencia municipal, pero pasa por todas las oficinas públicas y por las agendas de buena parte de los servidores públicos del estado. A mucha honra, dirán algunos, orgullosamente universitarios.

Es tan influyente la universidad que ha parado en seco la investigación ministerial sobre la muerte de Diego.

Cinco meses, es decir, más de 150 días y el Ministerio Público no ha concluido una investigación que permita deslindar responsabilidades sobre los presuntos responsables de la muerte del menor.

La universidad es poderosa e influyente, eso está claro, tiene tanto peso que una investigación judicial se puede alargar hasta el infinito sin que nadie discuta nada. Esa es la universidad de la excelencia. Esa es la universidad, presunta culpable de proteger a empleados y funcionarios irresponsables e insensibles.

 

Este jueves sumarán cinco meses de la muerte de Diego y como ha dicho su madre, Socorro con la aflicción de una madre: ellos con su familia y yo sin mi hijo.

Lo sentimos doña Socorro, pero la universidad es tan poderosa e influyente que, en un descuido, la estarán obligando a disculparse públicamente por hablar mal de nuestra querida y admirada universidad.

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