Por: Antonio González Vázquez.
No podría haber sido de otro modo, los diputados se mantienen han engañado una vez más a la sociedad y han faltado a la ley que hace unas semanas aprobaron. Son tan incongruentes como bocones.
Con alardes de grandeza, los diputados incorporaron en la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública la obligación de publicar las declaraciones de intereses, patrimonial y fiscal. Para hacer notar que ellos son distintos a todos los servidores públicos, aprobaron que sus tres de tres, se publicaran de oficio.
Ese mismo alarde con acento de bravuconada es equivalente a la incongruencia que les ha distinguido: ayer, 15 de junio, los diputados debieron cumplir con la publicación de las tres declaraciones y no lo hicieron. Son tan arrogantes.
No es que se les haya olvidado, lo que sucede es que no se puede ser más cínico que ellos. No es que haya habido un problema técnico en la página web, lo que ocurre es que son mentirosos y peor aún, violadores de las leyes que ellos mismos votan y aprueban.
Astrolabio esperaba que llegado el día 15 de junio, los diputados nos dieran una muestra de compromiso de la sociedad y con la transparencia, creímos que era posible esperar de los diputados una respuesta ejemplar soportada en el cumplimiento de la publicidad de las tres declaraciones. Hasta llegamos a pensar que los diputados podrían ser un ejemplo para el gabinete el gobernador y de los 58 alcaldes en materia de transparencia.
No fue así.
Estos diputados no tienen remedio.
Buenos para la diatriba inútil, buenos para la verborrea barata, buenos para la simulación y la demagogia; genios en el arte del engaño. Lo dijo J. Carmen García Vázquez: la vergüenza de ser diputado dura toda la vida.
La nueva ley de transparencia establece de manera adicional y más específica la misma obligación para los diputados en la fracción XVIII del artículo 86 en los siguientes términos:
“ARTÍCULO 86. Además de lo señalado en el artículo 84 de la presente Ley, el Poder Legislativo deberá poner a disposición del público, de oficio, y en forma completa y actualizada la siguiente información: (…) XVIII. Las declaraciones, de situación patrimonial, fiscal, y de intereses de los diputados”.
Eso lo aprobaron los diputados y se lanzaron al vacío envueltos en la bandera de la transparencia, pero eso que aprobaron, no lo cumplieron.