Los capitalinos que con su voto llevaron a Ricardo Gallardo Juárez a la presidencia municipal de San Luis Potosí deben sentirse arrepentidos de tan aventurada decisión. No sabían lo que estaban haciendo. Tras el candidato populista que prometía todo, se ocultaba un alcalde ansioso de hincar el diente en los alicaídos bolsillos de los potosinos.
Exprimir a la ciudadanía a base de cargos tributarios al por mayor es el objetivo principal del ayuntamiento que encabeza el ex edil de Soledad de Graciano Sánchez.
El periodista Victoriano Martínez Guzmán publica en su portal de transparencia Proyecto Tábano un magnifico, certero e incontestable artículo en el que demuestra que se propone para 2016, incrementos en multas y cargos de hasta mil 900 por ciento.
Hasta vender tamales y elotes con Gallardo resultará caro. Esta es la dirección electrónica para leer el artículo completo y los resultados de la comparación que se hace con la anterior Ley de Ingresos del municipio capitalino.
http://proyectotabano2014.blogspot.mx/2015/12/propone-gallardo-aumentos-dehasta-1900.html.
Que el ayuntamiento esté en la ruina por los actos sucesivos de corrupción que se han cometido no es culpa de la sociedad como para que el alcalde pretenda cobrar esa afrenta a los ciudadanos.
Para los políticos resulta sencillo aplicar incrementos en los impuestos y del mismo modo crear otros, pues se tendrá al alcance de la mano la trillada frase de que todo es para hacer obra para los ciudadanos, que todo es por la ciudad, que todo es por servir al pueblo. Esa narrativa hueca y del todo demagoga, no funciona cuando a luces vistas, lo que quiere el edil es dinero y más dinero a costa de los contribuyentes.
Gallardo Juárez pretende repetir la fórmula aplicada en Soledad de Graciano Sánchez, donde, por propia ignorancia de la gente y por temor no decían nada sino que se limitaban a pagar.
Pero hay que insistir, la capital no es Soledad que pareciera haber retrocedido en décadas hasta lo que era Soledad de Los Ranchos. Que le pongan el nombre de un hijo de Ricardo Gallardo a una avenida, es propia de una película satírica de Alfonso Arau.
En la capital la sociedad piensa otra cosa y no permite actos de manipulación, pero también las fuerzas políticas seguirán oponiéndose a cuanto proponga Gallardo. Es decir, se avecina un palo legislativo más para el presidente municipal.
