Por: Antonio González Vázquez.
Los apetitos de Mario García por el dinero público no tienen como referente solo su pensión de oro que recibe de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, sino que también vienen a cuento luego de su paso por el ayuntamiento capitalino a cuya hacienda pública también le sacó tajada.
Mientras que García Valdés hacía los esfuerzos finales por no quedar huérfano de cargo público tras fracasar como propuesta para ser candidato a gobernador como él deseaba, en el ayuntamiento recibía compensaciones monetarias del todo injustificadas a la luz del desastre que dejó en el municipio.
O sea, mientras rogaba en vano que le tocara algo de entre los cargos que se peleaban los priístas para las elecciones del 2015, Mario García cobraba compensaciones a un ritmo 3 mil 234 pesos diarios.
Más abusador, imposible.
Algo ocurre con los políticos que cuando llegan a un cargo como el de alcalde, en lo primero que piensan es en su beneficio económico, de por si ya tienen un salario importante y por encima de eso se asignan compensaciones que no tienen razón de ser, sobre todo, cuando se asegura que no hay dinero
Pero el alcalde Ricardo Gallardo Juárez siguió los mismos pasos de Mario García y desde que llegó a la presidencia municipal recibe una compensación diaria a 3 mil 290 pesos.
Lo inconcebible de esa compensación es que la reciba cuando públicamente anunció que se bajaría su salario.
Desafortunadamente, lo cierto es que no hay políticos que le digan no a los centavos, aunque no los necesitan, mientras más tengan en las bolsas, mejor.