Por: Antonio González Vázquez.
El Gobierno de la Ciudad de México cuenta desde hace años, con un centenar de programas sociales de apoyo. La base de crecimiento y luego de consolidación del Partido de la Revolución Democrática en lo que fue el Distrito Federal, se ganó gracias a esa amplísima gama de programas. La base de esa política social ha sido el clientelismo.
Hay apoyos tales como el de “entrega de despensas básicas a población vulnerable” que fue algo así como el caballito de batalla de todos los apoyos a la población: a la gente primero se le llega con una despensa porque el cariño se gana desde el estómago.
Con más de 20 millones de habitantes, en la Ciudad de México, los programas de asistencia social se cuentan por decenas y decenas y van desde la entrega de recursos a “los viejitos” hasta los apoyos “para gastos funerarias en familias vulnerables”, los apoyos a “jefas de familia”, “madres solteras”, “calidad de vida”, “seguro de desempleo”, y no se puede parar de contar.
Habida cuenta de los buenos resultados de esos programas electoralmente hablando, los gobiernos municipales y estatales del PRD han seguido la misma receta y de acuerdo con sus posibilidades, le dan rienda suelta a su vena populista.
Es el caso de Ricardo Gallardo que desde la alcaldía de Soledad basó su crecimiento político en las ayudas sociales. El ahora edil de la capital visita casi a diario las colonias para regalar algo y la gente lo recibe a él y lo que le regalan lo toma.
Con pompa filantrópica, distribuyen ayuda “humanitaria” y para ello no hay mejor ocasión que en esta temporada de navidad, de ahí que el ayuntamiento ha emprendido el programa de posadas donde hay regalos para todos los que se registraron, credencial de elector en mano, para participar en el show.
Entre otras cosas, se entregarán 100 mil juguetes y 40 mil cobertores en 30 posadas municipales en la que el gran repartidor de regalos es el presidente municipal.
En una gacetilla de prensa pagada con mucha gallardía, el alcalde Gallardo asegura que esos apoyos “no son dádivas, sino acciones que ustedes mismos piden al Ayuntamiento y que tenemos la responsabilidad de escuchar y dar respuesta, sin descuidar por supuesto nuestra obligación de realizar obras de infraestructura en su beneficio”.
En el barrio de San Miguelito, Ricardo Gallardo aseguró que la entrega de regalos “no es una moda, es una obligación mostrarnos solidarios con las personas, si en el programa Ayuntamiento en tu Colonia recibimos sus quejas, con las convivencias navideñas nos unimos y acercamos”.
Eso hace el alcalde de la capital, pero lo mismo hará el gobernador Juan Manuel Carreras cuando se vaya a las comunidades pobres del altiplano a entregar despensas y cobijas.
Siempre, los pobres son carne de cañón a favor del ego del gobernante y a eso le llaman “política públicas de combate a la pobreza”.