Por: Antonio González Vázquez.
La elite de la burocracia ha sido siempre una casta privilegiada, un puñado de personas que viven en una realidad distinta a la de la mayoría de los ciudadanos. Gozan de todas las comodidades posibles, cuentan con servicios exclusivos y atenciones que a veces alcanzan una condición lacayuna.
Para alcanzar a ver a los de la elite del gobierno hay que ser también parte de esa casta privilegiada, se siente tocados por Dios, zurcidos por la Virgen y en efecto, creen que la Virgen les habla y en razón de ellos creen que su paga efectivamente debe ser con las Perlas de la Virgen.
La elite de servidores públicos del gobierno del privilegiado gobernador Carreras es privilegiada porque tienen y pueden acceder a lo que la mayoría de los potosinos no tienen. Son tan especiales que gozan de lo que cientos de miles de potosinos carecen y jamás podrán alcanzar: un salario bien remunerado.
La Alta Burocracia de Gobierno del Estado es tan nociva como una plaga de ratas que se traga las migajas que quedan en la alacena de una casa pobre. Pero les vale madre, les importa un carajo, mientras mantengan sus privilegios y sus grandes salarios todo puede salir sobrando.
El gobernador Carreras ganará 46 mil 986 pesos más en 2017 respecto de 2016 al pasar de 139 mil 005 pesos a 185 mil 991 pesos.
Es tan privilegiado el presunto Doctor y gobernador que tendrá un incremento salarial mayor que el propio presidente de la república Enrique Peña Nieto que para 2017 tendrá un aumento salarial del 3 por ciento, mientras que el aumento salarial de Carreras será del 33 por ciento.
Hay una voracidad inexplicable en esa elite gubernamental que resulta del todo ofensiva con sus incrementos salariales que contrastan con la miseria de miles. Insaciables por naturaleza, son incapaces de alcanzar cierto decoro en sus privilegios pese a tener enfrente a más de un millón 200 mil potosinos que viven en condiciones de pobreza.
Les importa un pito puesto que los incrementos que van hasta el 40 por ciento contrasten con los aumentos para el gobierno federal que son del 2.5 por ciento, los del Suprema Corte de Justicia del 2.9 por ciento, los secretarios del gabinete presidencial tendrán un aumento de apenas uno por ciento.
Por esa misma ruta del privilegio sin medida están los diputados que, como viene apunta la nota del periodista Victoriano Martínez; los legisladores ganarán en 2017 46 mil pesos más de lo que ganaban mensualmente en 2016. Pasarán de 115 mil 858 pesos a 162 mil 916 pesos.
Ganan tanto dinero que pareciera que son los mejores servidores públicos que jamás hayan tenido los potosinos. Ganan tanto dinero como si fueran los servidores públicos más honestos, comprometidos, eficientes, capaces, profesionales, responsables, cultos, demócratas y cumplidores de la ley.
En realidad son todo lo contrario, pero como les vale un sorbete, pueden cobrar lo que se les antoje.
Los privilegiados de San Luis Potosí ya los conocemos, están en el palacio de gobierno, en los palacios municipales, en los cabildos, en las salas de los tribunales y en el pleno del Congreso. Tan cínicos como privilegiados.
Mientras los potosinos se preparan para un 2017 que se anticipa crítico, ellos viven como les place porque pueden ganar salarios altísimos y pueden mantener todos los privilegios que resultan de ser “servidores públicos”.
