Por Antonio González Vázquez
El Frente de Comerciantes Unidos por San Luis Potosí ha publicado un manifiesto público durísimo en contra del ayuntamiento capitalino en el que destroza al alcalde Ricardo Gallardo Juárez.
Con una narrativa tan mordaz como venenosa por necesidad, ese Frente le dice 17 meses y tres días después todo lo que había que decirle al edil y pocos se habían atrevido a decir.
Ni los priístas presuntamente revolucionarios que a su decir abanderan las causas populares, ni los panistas que dicen actuar movidos por el bien común, habían levantado con tanta energía la voz como lo hacen hoy los comerciantes informales.
En ese desplegado que no tiene líneas de desperdicio, se desarrolla una descripción hiriente de la figura del presidente municipal: de “ego enfermizo y delirante”, narcisista por su gusto y proclividad a la “autoadulación”.
Para el Frente de Comerciantes, la vida en la capital en los tiempos de Ricardo Gallardo es de “terror e insensibilidad”. Lo tildan de “cacique de rancho” y “acaudalado latifundista”.
Posicionan al edil como potencial aspirante a convertirse en un tirano, toda vez que destacan sus “deseos de perpetuarse en el poder” y lo censuran acremente por sus políticas populistas basadas en la dádiva, en cuyo caso, se esconde su propósito de manipulación política y electoral.
Se trata de un desplegado tan crudo como irónico; un manifiesto público que le advierte al edil que ponga freno a sus ímpetus de pasar por encima de todos y por encima de la ley.
Exponen un decálogo de exigencias que ya ciudadanos y organizaciones civiles y algunos cuantos medios de comunicación, han venido reclamando por su respuesta, por la aclaración de temas oscuros y actos potencialmente gangsteriles de la administración.
Ese Frente se hacer cargo de exigir de Gallardo un comportamiento ético y honesto que hasta el momento no ha demostrado.
El lista de reclamos al edil es extenso y casi interminable y van desde los actos de publicidad ilegal, la campaña político electoral anticipada hasta las compras millonarias de medicamentos bajo un manto de impunidad.
Ningunean al alcalde y le llaman por su apodo de “El Pollo” y lo catalogan como “el jefe de una mafia rural”.
El Frente de Comerciantes Unidos por San Luis Potosí al lanzarse de manera frontal al edil capitalino corre el riesgo obvio de la represalia y la persecución, la índole del carácter del alcalde puede ser tan explosivo como lo quiera: es de mecha corta.
Esto abre la peligrosa circunstancia de un enfrentamiento abierto entre los miles de comerciantes e informales con la administración municipal empeñada en confinar al comercio a un espacio cerrado.
No es el momento más apropiado para generar nuevas tensiones y frentes de guerra pues la ciudad ya tiene demasiados problemas como el de la creciente inseguridad. La capital es el municipio más inseguro y lugar donde se cometen más delitos en el estado, lo cual requiere de atención y trabajo permanentes.
Pero el detalle de la descripción que hacen los comerciantes del edil y de su gobierno, lo que muestra es que no estamos ante una administración al servicio de los capitalinos sino al servicio de su jefe de “mafia rural”.
Sería de esperar que el gris y apocado gobernador del estado se ocupe de lo que pasa en la ciudad, se trata de un asunto de gobernabilidad y eso le toca a él. Hasta el momento, Juan Manuel Carreras ni se mueve ni pestañea respecto de la situación de la ciudad, lo cual no deja de ser una omisión irresponsable.