Por Antonio González Vázquez
El gobernador Juan Manuel Carreras anunció ayer la creación de una nueva corporación policíaca: La Fuerza Metropolitana Estatal. El surgimiento de ese grupo que se agrega a la Policía Estatal es el contundente reconocimiento del fracaso de los esquemas de seguridad implementados en la capital y su vecino Soledad de Graciano Sánchez.
La zona metropolitana ha acumulado durante los últimos años del 65 al 70 por ciento del total de los delitos del fuero común: es la que tiene más homicidios, secuestros, extorsiones y demás delitos de alto impacto.
Eso resulta hasta lógico pues los dos municipios concentran la mitad de la población y concentran el 80 por ciento de la actividad económica.
Los gobiernos estatal y municipal tienen del todo descuidado el tema de la seguridad y desde hace años, se han limitado a mantener una actitud reactiva frente a los hechos de violencia que con frecuencia se presentan.
Un simple ejemplo: durante la madrugada del 5 de febrero, un hombre fue ejecutado en la calle de Morelos, a unos metros de la parroquia de San Agustín en pleno Centro Histórico.
Y en Soledad, en la comunidad de Fracción Rivera, fue localizado el cuerpo de un hombre que tras ser ejecutado, fue decapitado.
La capital de San Luis y Soledad de Graciano Sánchez están gobernados por el “gallardismo”, pero en ningún momento se han hecho cargo del hecho de que son los municipios más violentos y mortales del estado.
Soledad de Graciano Sánchez lleva ya tres administración seguidas del PRD y los Gallardos y los resultados han sido los mismos en términos de violencia, en cuyo caso, la capital ya se ha contagiado.
La responsabilidad no es solo de ellos sino también del gobernador en turno y antes, de Fernando Toranzo.
Crear una nueva fuerza policíaca como fórmula para disminuir la incidencia delictiva es insuficiente, pues lo que puede esperarse es que a los elementos de la Preventiva Municipal y de la Policía Estatal sólo les cambien de uniforme y listo; la misma gata pero revolcada.
Es desolador: el 15 por ciento de los policías evaluados en control y confianza reprobaron al cierre del 2016.
De 7 mil 132 elementos, mil 069 reprobaron. Se hacen tan mal las cosas que cuando nazca la Fuerza Metropolitana Estatal, de los reprobados saldrán los nuevos policías.