CAJA NEGRA: Ollas con Gallardía

 

Por: Antonio González Vázquez.

 

La política pública más eficiente, rendidora, conveniente, revolucionaria, solidaria y justa que desde la perspectiva municipal puede existir es la de la dádiva. Con base a en esa política pública que parece ser la única que está a la vista desde palacio municipal, es que se arranca con la masiva entrega ollas para el pozole, los tamales o lo que se guste cocinar.

La operación vaporeras para el gallinero va con todo, y habrá 20 mil ollas para igual número de pollitos y pollitas capitalinas que ansían tener una feliz navidad con su olla adornando la cocina.

“Pollitos con Gallardía” es la leyenda que lleva consigo la olla que va en color negro y toda hecha en peltre.

El gobierno municipal de Ricardo Gallardo Juárez regala y regala lo que a su juicio le pueda acarrear mil y un simpatías: ya se encontró la fórmula mágica, a más dádivas más popularidad y más posibilidades de crecer en la política.

Sin arrobo alguno, se mantiene el uso de la palabra “gallardía” pese a que las autoridades electorales locales y nacionales lo han prohibido y pese a que se han iniciado procedimientos formales de sanción.

Es decir, a la política pública de regalar con recursos públicos para favorecer la imagen de un servidor público, se suma la postura de soberbia de hacer lo que la autoridad electoral precisa que no se haga.

Hay en ello un dejo de desprecio por la ley y también un rechazo a las instituciones públicas y a sus procedimientos, es como decir que no importa, hazlo y luego ya veremos que ocurre.

Regalar a costa de los recursos públicos los hacen todos los gobiernos, en San Luis lo hace Juan Manuel Carreras y todos los alcaldes y hasta los diputados; el problema es hacerlo con clara intención propagandística y con el propósito de que un funcionario aparezca como el mejor, el más noble, el más genuino y demócrata de todos.

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