Por Antonio González Vázquez
Luego de que el cabildo del ayuntamiento de Soledad de Graciano Sánchez ha iniciado el procedimiento legal para anular el contrato que suscribió con Lámparas Ahorradoras de Estado Sólido, es probable que se de una nueva licitación para concesionar el servicio de alumbrado público en beneficio de Panavi.
La acción tomada por el cabildo no se puede ver de manera aislada sino en el contexto del caso relacionado con la capital del estado, donde el edil, Ricardo Gallardo Juárez, en lugar de buscar la cancelación del contrato, habida cuenta del incumplimiento de éste por parte de la empresa, se propone modificarlo para darle más dinero.
En Soledad se había concesionado por 15 años el servicio de alumbrado con lámparas Led por un monto de de 486 millones de pesos.
Cuando Mario García, previo al final de su trienio logró la concesión a favor de Panavi, el grupo de Gallardo presumía que en Soledad las mismas lámparas y el servicio habían salido baratísimas en comparación con la capital.
Incluso, el ahora alcalde Ricardo Gallardo ponía como ejemplo a su hijo, Ricardo Gallardo Cardona por haber logrado un contrato muy ventajoso para el municipio, pero ahora sucede todo lo contrario.
Gallardo quiere entregar 220 millones de pesos adicionales a una empresa que no cumplió con el contrato. El edil parece no tener memoria o más bien, le conviene no tener memoria.
Si el ayuntamiento de Soledad cancela el contrato de las luminarias por un costo de 486 millones de pesos, resulta más que sospechoso que en la capital el costo de las lámparas y su mantenimiento, sea tres veces superior.
Definitivamente, no hay forma de entender esto sino es sopesando la idea de que detrás hay un gran negocio en beneficio de unos y en perjuicio de la sociedad y de las arcas municipales.
Bien visto, está puesta la mesa para que en el Congreso, luego del 21 de abril cuando los diputados regresen de vacaciones, aprueben la modificación al contrato y luego, que Panavi reciba también el nuevo contrato con el municipio de Soledad.
Quien manda en Soledad, no es Gilberto Hernández Villafuerte sino Ricardo Gallardo padre y Ricardo Gallardo hijo.
El negocio se ve ahora con mayor claridad.
Soledad para Panavi y ¿los 220 millones de pesos más, para quién?