Es sabido que en administración pública se dice: crea una comisión en vez de resolver el problema. Algo similar ocurre en el caso de los Acuerdos o Convenios: firmemos un Convenio y ya luego vemos que pasa con el problema. En ambos casos solo sirven para la foto en una especie de ejercicio engañabobos que aunque pocos se creen, siguen formando parte de la cultura burocrática de los gobiernos e instituciones públicas.
La Universidad Autónoma de San Luis Potosí ha firmado decenas y se diría, cientos y quizá miles de convenios con instituciones de todo el país y del mundo, ya sea en el ámbito educativo, de transparencia, de calidad y hasta de colaboración honorífica y otros con dinero de por medio y los resultados, pues quién sabe.
El Gobierno del Estado cada año firma con la Federación Convenios de toda índole, empezando por el de Coordinación Fiscal y decenas más que nadie cumple, por ejemplo, el Convenio en Materia de Seguridad Mediante el cual se destinan recursos públicos para el combate a la delincuencia, lo mismo se hace con algunos municipios, pero da la suerte que cada año ese convenio no lo respetan las autoridades locales que se empeñan en gastar mal o en no ejercer todos los recursos. Es decir, para que se firman convenios que no se van a respetar.
Los diputados también tienen sus Acuerdos y Convenios con instituciones públicas y no sirven para nada, por cierto, también tienen convenio con la UASLP.
La Comisión Estatal de Garantía de Acceso a la Información Pública tiene convenios con prácticamente todos los entes obligados de la Ley de Transparencia y obvio, todos se cumplen a medias o de plano, ni les importan.
Algo de presunta magia deberían tener los Convenios y Acuerdos que a todos los servidores públicos les gusta firmar. Como que les llena ver una fila de fotógrafos tomando las placas del preciso momento en que estampan sus firmas y luego, pues si, vienen los aplausos y las vivas.
En breve, los alcaldes del estado y el gobernador y el titular de la SEDESOL van a firmar el Convenio de Coordinación para la transferencia de recursos de los Ramos 28 y 33. Lo van a firmar todos y a la hora de la hora, escasamente eso se va a respetar y nos enteraremos de que los recursos para el combate a la pobreza se van al gasto corriente.
Todos quieren firmar convenios, todos quieren signar acuerdos, los levantan en alto y es como levantar un gran trofeo, se sigue pensando peregrinamente que con eso se atienden los problemas.
Eso pensó equivocadamente el presidente Peña que hace tres año firmó un acuerdo para alcanzar la paz en México y claro está, de ese acuerdo ni sus luces. También firmo un Acuerdo con los Padres de Ayotzinapa y de diez puntos luego de un año solo había cumplido parcialmente, tres.
Pero eso no importa, hay que empezar el año firmando Acuerdos y Convenios, total, a quién lo importa.
