Por Antonio González Vázquez
El Tribunal Electoral del Poder Judicial del Estado de San Luis Potosí no funciona, es un órgano colegiado inútil porque sus miembros no pueden trabajar juntos. Lo que menos falta hace a los potosinos es una institución inoperante, ya tenemos bastantes que no funcionan, por ejemplo, la Comisión Estatal de Garantía de Acceso a la Información Pública o la Auditoría Superior del Estado.
Los integrantes del Tribunal Electoral en el estado son como un matrimonio mal avenido, están juntos pero no se toleran.
¿Para qué queremos una burocracia así?
El Senado de la República es la institución que debe resolver el diferendo entre magistrados, así lo resolvió el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, pero parece que en la cámara alta tienen otras prioridades más que poner atención en conflictos de lavadero.
Quizá el problema de los magistrados locales es que no entienden que no entienden, es el virus más grave del sexenio y ha contagiado a muchos.
La magistrada Yolanda Pedroza se dijo acosada y hostigada y el Tribunal federal le dio la razón y le solicitó al Senado que de trámite al caso, pero no lo ha hecho. Han pasado ya meses y a la luz de los hechos, los magistrados no han cambiado de actitud, de ahí que Oskar Kalixo promoviera un juicio en contra de la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Electorales al sentirse agraviado por esa instancia con “acciones intimidatorias y persecutorias”.
El TRIFE rechazó el recurso, lo cual, bien mirado, deja a la vista que Oscar Kalixto pese a ser magistrado es incapaz de defender su propia causa frente a presuntos agravios, a su juicio, inmerecidos.
Igual, el magistrado Rigoberto Garza y Oskar Kalixto poco hacen por lograr que el Tribunal sea una institución que funcione con normalidad. Deberían recordar que sus jugosos salarios provienen de recursos públicos y que la sociedad no está para que se dilapide el dinero en burócratas encaprichados.
Tan sencillo, que se vayan a su casa donde puedan regar con toda oportunidad y oficio sus egos.
Pero bueno, eso lo tiene que resolver el Senado…tal vez en el 2018.