Caja Negra: UASLP: el feudo de la opacidad

Por Antonio González Vázquez

El documento que concentra el Informe 2016-2017 de Manuel Fermín Villar Rubio en su segundo mandato como rector de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí no contiene una sola mención a la palabra transparencia.

Mucho menos, menciona algo que en el feudo universitario parecen aborrecer: derecho de acceso a la información Pública.

Es un documento  de 730 páginas y en ninguna de ellas menciona los logros de la institución en cuanto a la transparencia y el derecho de acceso a la información.

Seguramente no existe dato algunos sobre el “cumplimiento” de la UASLP a la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública dado que a ojos vistos, la Universidad incumple de modo notable con esa ley.

La UASLP tiene doce ejes rectores (lo cual puede decir o significar cualquier cosa) y ninguno toca la transparencia ni el derecho de acceso a la información pública.

Una institución que en el último año ejerció más de 3 mil millones de pesos debería obligarse a ser transparente y permitir el acceso libre de los ciudadanos a los documentos financieros, pero en lugar de ello, se ha consolidado como un monumento a la opacidad.

El Plan de Trabajo para el período 2016-2020 y esa docena de ejes y los programas que de éstos se desprenden no consideran el tema de la transparencia no obstante que la UASLP (pese a su rechazo) es un sujeto obligado por la Ley de Transparencia.

La información que presenta Astrolabio Digital sobre la pobre publicación de información universitaria en la Plataforma Estatal de Transparencia confirma la vocación universitaria al secretismo y al ocultamiento de la información que, por cierto, no es propiedad de Villar sino que es un bien público y por tanto le pertenece a la sociedad.

Es ejemplo de opacidad, eso es la universidad, una institución pública que oculta información pública y que deja de cumplir con las obligaciones que le impone la legislación.

La UASLP no debería ser un feudo de opacidad.

Por cierto, en aras de mantener una imagen pública limpia y evitar las malas noticias que pudieran afectar a la rectoría, según el informe, se gastaron poco más de 16 millones de pesos en comunicación e imagen.

Es una locura ese nivel de gasto en imagen, es similar a lo que gastó Ricardo Gallardo Juárez el año pasado.

Skip to content