Por: Antonio González Vázquez.
Un Informe de Gobierno no es nada sino se difunde. Un informe es poca cosa sino se “cacarea” como la gallina al huevo. Un Informe no es nada sino hablan de su pompa y estilo.
Un Informe no es nada sino congrega en su entorno a los jefes de jefes, o sea, a los jefes de las iglesias, a los jefes de los capitales, a los jefes de la política, a los jefes del campo y de las empresas.
Un Informe no es nada si no van a escuchar los que tienen que ir y escuchar para que los vea el señor gobernador.
Y el Informe de este viernes lo sabe, y como es natural y comprensible, estarán todos los que tienen que estar: el señor Arzobispo, el señor comandante de las fuerzas armadas, el señor representante del ciudadano presidente de la república, las y los señores gobernadores invitados, los señores y señoras diputadas y senadoras, alcaldes y alcaldesas, los señores titulares de universidades públicas y privadas así como de cuanto organismo autónomo descentralizado exista.
También los señores y señoras magistrados y magistradas, jueces y juezas, líderes y liderezas gremiales, caciques de organizaciones sindicales sea de obreros, campesinos o de maestros.
También académicos, intelectuales, opinadores, funcionarios públicos y cuanto se le ocurra a Relaciones Públicas de Gobierno del Estado bajo la consigna inicial de llenar el auditorio del Centro de Convenciones.
Todo Informe que se precie de serlo, tiene sus acarreados de variado nivel y origen, pero como ha sido siempre, se sugiere que no sean muy visibles pues se tiene que dar la impresión de que se tiene una audiencia espontánea y la mar de voluntaria.
Ya se sabe, un Informe diseña una estrategia muy bien pensada de logística para atender a los invitados: helicóptero, avión, hospedaje, comidas y cenas, camionetas suburbans, escoltas, edecanes, guías; lo que necesiten los invitados del señor gobernador.
De igual modo, un Informe sin un operativo de seguridad que no se haga sentir pues sencillamente no es informe. Si, ya sabemos, eso no le late al señor gobernador que siempre quiere andar como simple ciudadano que es, pero no importa, hay que prevenir y evitar riesgos, no en balde van ya 379 homicidios, así es que más vale cuidar bien al simple ciudadano es que el señor gobernador.
Esta claro, un Informe de Gobierno sin vallas, detectores de metal, policías antimotines y personal militar por todos lados, no es Informe. Es decir, en un Informe la gente se tiene que dar cuenta que ahí va pasando el gobernador a rendir su Informe, para eso también sirve la policía.
Un Informe de Gobierno no es nada si no se publican páginas y páginas de información pagada en los periódicos y minutos y minutos de información pagada en la radio, la televisión e Internet.
Tampoco sabe a Informe de Gobierno si no agolpan hordas de reporteros locales y regionales en torno al gobernador y sus invitados. Todos los reporteros, camarógrafos y fotógrafos, todos los micrófonos y grabadoras compradas y secuestradas por el Informe del Gobernador.
Pero es que así es un Informe de Gobierno. Al día siguiente la nota principal de todos los periódicos y titulares dignos del moche de publicidad. No es que el Informe sea un asunto de gran trascendencia, lo que pasa es que nadie le puede decir que no al cheque de la publicidad. De ese modo, lo intrascendente se convierte en noticia encabezada desde la oficina de Comunicación Social en Palacio de Gobierno.
Y como un Informe de Gobierno no es nada sino se publica y difunde con amplitud, entonces desde el lugar del Informe las televisoras y estaciones de radio contratadas para el caso, entrevistas a funcionarios e invitados para que hagan apología de la figura del gobernador.
Así es como se hacen las cosas.
¿Y la ciudadanía?, pues nada haciendo, su vida lo más lejos posible de la política para no volver a escuchar tantas mentiras y también, para no enlodarse.
