La estrategia de control de daños en la secretaría de Finanzas tras la publicación del audio donde el secretario Ugalde tilda de “pendejo” a Juan Manuel Carreras López ha sido eficaz. Del tema se habla y se escribe a la mínima expresión. No es para menos, el secretario Ugalde es el señor de los dineros. Y claro, nadie agarra a patadas al pesebre, esa es una verdad incontestable.
La imagen de José Luis Ugalde Montes de ningún modo ha quedado devastada y al parecer su ánimo tampoco lo está. El escándalo inicial fue sepultado casi de inmediato en la prensa y al principal interesado, por tan directa alusión, tampoco le hizo mucha preocupación.
Se puede decir que ha sido un asunto que se presentó con la expectativa de un estruendo y acabó en tímida flatulencia: apesta pero como ni hizo tanto ruido ni quien se haya dado cuenta.
Incluso, bien mirado, el affaire del adjetivo peyorativo pendejo llevado a su máxima expresión en voz del secretario Ugalde, ha tenido la virtud de mostrar a la sociedad que si hay gobierno, que si hay inquilinos en palacio de gobierno y que aunque no lo parezca, están vivitos y coleando.
Si bien el gobernador Carreras hace todo lo humanamente posible por ser visible, hay que reconocer que en cinco meses de administración pocas cosas hay de hayan dado de que hablar. Todo muy bonito, el gobernador por aquí y por allá, pero fuera de ese artificio nada, es decir, mucho ruido y muy pocas nueces.
Entonces habría que agradecer al secretario Ugalde y a quien se le haya ocurrido exhibirlo como apasionado pendejeador del gobernador, el que haya dado pie a mostrar que el gobierno si existe más allá de las gacetillas que pública la prensa.
El tema por indignante que pudiera haber sido, se enfrió con el balde de hielo que el gobernador Carreras arrojó con sus tímidas palabras: eso es algo a lo que no se le debe prestar demasiada importancia, dijo en tono contundentemente simplista y con afán encubridor.
Es decir, más vale pasar por pusilánime que meter a su gobierno en tan temprana crisis interna. O lo que es lo mismo, el gobernador prefrió soportar el insulto a romper la sepulcral paz de su administración.
Todos contento, el secretario ya tranquilo y con el cargo asegurado y el gobernador disfrutando de un gobierno donde la línea es que no pasa nada.
Si es que al gobernador Carreras le pudiera latir cierto feeling político, bien podría revisar lo que se hacía desde la Secretaría General de Gobierno durante el sexenio anterior y de manera más notoria durante los últimos dos años de la administración Toranzo.
Tenía marcaje personal sobre la mayor parte de los actores políticos de la entidad y desde la General había enviados a “cubrir” actividades de los políticos y dirigentes de partido y prospectos a candidatos. Basta revisar los viáticos y gastos de representación en la General de Gobierno para saber a dónde iban y con quien se metían los “orejas” del gobierno.
Puede ser que del audio de Ugalde haya por ahí un ex secretario y actual diputado federal que podría aclarar algunas cosas.