Este martes Manuel Fermín Villar Rubio será reelecto como rector de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. La autónoma reelección se basa en el simple hecho de que en la institución no hay nadie más fuerte, poderoso, influyente y por tanto, temido que el rector en funciones.
Se va a reelegir porque quiere, no porque se lo pidan y no porque lo merezca, solo porque quiere y puede.
La casi totalidad del Consejo Directivo Universitario obedece sin chistar sus dictados y siendo los miembros de ese Consejo los que votan, la reelección no es más que una simulación protocolaria de lo que ya se sabe.
Con la sombra de Diego en sus espaldas y conciencia, Villar Rubio empezó a operar en cada escuela y facultad donde los directores son “suyos” para decirles: me voy a reelegir, espero su apoyo. No hace falta más, cada quien recibirá su gratificación por su voto.
Así es la autonomía universitaria: la posibilidad de hacer lo que se quiera sin que nadie meta sus narices.
Villar Rubio, secretario general de la UASLP en el periodo de Mario García, llegó a rectoría luego de que aquel renunció para ser candidato a la presidencia municipal de San Luis Potosí. Villar se convirtió en rector no por ser la mejor opción sino que estaba en la posición natural para acceder al cargo.
Todo mundo decía que Mario García era brillante como rector, igual se decía de Jaime Valle y lo mismo se dice de Villar Rubio. Ser rector, lleva consigo por añadidura el adjetivo de brillante, inteligente y hasta culto.
Por eso, nadie se explica como en las mediciones sobre las mejores universidades, la UASLP no aparece entre las 15 mejores. Si es y ha sido la universidad de la excelencia y sus rectores son excelentes, luego entonces mínimo, debería estar en los primeros tres lugares, pero no es así, es pura propaganda.
La reelección de Villar Rubio no representa nada sino la continuidad de él y su grupo al frente de una institución que se maneja como un club de tobi. Esposas, hijos, hijas y hermanos y hermanas de universitarios de la jerarquía tiene cargos en la propia universidad y se asignan sin ningún rubor. Esa es realmente la autonomía en la UASLP.
El rectorado de Villar Rubio es tan pobre que hasta los diputados lo han criticado por soberbio, ha sido tan pobre, que lo consideraron no apto para recibir la presea Plan de San Luis. Tan pobre ha sido su desempeño que ni siquiera han logrado sus promotores colocar ya, el nombre de la UASLP en el muro de honor del Congreso. Si Villar fuera una persona respetable, eso ya se habría resuelto.
De cualquier forma se reelegirá sin que nadie ponga un pero porque sencillamente el Consejo Universitario está diseñado para que haga la voluntad del rector, lo cual por cierto, en pleno siglo XXI no es justificable.
Luego se enoja Villar pues en un despropósito monumental, cree que él es la institución, que él es la universidad. Luego se enoja porque lo critican a él y se pone como escudo a la universidad. No es difícil de entender, una cosa es criticar al rector y otra muy distinta a la universidad y, hasta donde se sabe, a quien se ha criticado es a él y nada más.