Las víctimas para el gobierno no significan nada. Merece más atención la memoria de un perro muerto que la vida de un niño. En San Luis Potosí el dolor de las víctimas vale menos que el deterioro de la imagen de una institución pública. Nuestras víctimas son miles y miles, no solo de la violencia sino también de la negligencia, de la omisión y de la irresponsabilidad de las autoridades.
Ayer se cumplieron nueve meses de la muerte de Diego durante el Camping Universitario de Verano 2015 y las investigaciones de la Procuraduría General de Justicia se mueven con la rapidez de una montaña.
Nueve meses en que el rector de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, Manuel Fermín Villar Rubio se ha empecinado en obstaculizar la procuración de justicia por mero capricho y soberbia.
Ejemplo ingrato de la podredumbre que se ha enraizado en San Luis Potosí, donde a Juan Manuel Carreras López le importa más quedar bien con un comediante de alta fama pero de mediana calidad, que con las mujeres acosadas sexualmente por un funcionario público.
Rodolfo Ariel Acevedo Oliva, director del Museo del Ferrocarril está acusado de acosar sexualmente a dos trabajadoras a quienes perdieron su empleo por no ceder a las tentaciones del funcionario. Le enviaron una carta al gobernador y Carreras en toda la extensión de su irresponsabilidad, lleva diez días sin darle respuesta, pero a un cómico abrumado por el maltrato a un perro le contestó en dos horas.
Ese es el gobernador de San Luis Potosí: un tipo que valora más el dolor de un perro que el dolor de dos mujeres a las que no se ha dignado a escuchar. Se lo pidieron a él, que las escuchara y no le ha dado la gana.
Para infortunio de todos, así son nuestros servidores públicos, verbigracia, mientras que Carreras procura halagar al cómico Derbez, nadie en el gobierno ha intentado ha ido a Santo Domingo a ofrecer ayuda a quienes de victimarios han pasado ser víctimas, se les ha criminalizado sin que la autoridad haya intentado buscar una respuesta a la inhumana acción en contra de un animal.
Tenemos leyes y tenemos instituciones que en el papel, apoyarían a las víctimas, pero la realidad es otra. Mataron con saña y crueldad a un transexual, pero a quién le importa, lo que le importa al gobierno es lo que escriba y piense un cómico como Derbez.
¿Por qué el gobernador Carreras no escribió un tuit condenando el asesinato por odio del transexual, qué no vale más la vida de un ser humano?
¿Por qué el gobernador Carreras no escribió este 17 de abril un tuit en apoyo a la madre de Diego?
La respuesta es sencilla, para el gobernador Carreras la vida de las personas y la necesidad de hacerles justicia es algo que le importa un sorbete.
¿Por qué el gobernador Carreras no ha hecho nada en torno a la doliente queja de las trabajadoras despedidas del museo del Ferrocarril por no ceder a los libidinosos deseos de Rodolfo Ariel Acevedo Oliva?
La respuesta aquí también es muy simple: porque ni quiere ni le interesa.
La entrevista con las víctimas de Rodolfo Ariel Acevedo Oliva, que publica astrolabio es aleccionadora en muchos sentidos, primero por su valentía y tenacidad por seguir luchando por sus derechos y, por otra, que pese ser reevictimizadas por la autoridad y un presunto periodista, sigan exigiendo que se les haga justicia.
Buenos días, buenas noches les respondieron en la Comisión Ejecutiva Estatal de Apoyo a Víctimas: gracias por participar, pero su caso ya ha prescrito. Es como si les dijeran, si quieren actualizar su denuncia, pues que las vuelvan a acosar.
Qué barbaridad.
Pero así es San Luis, por eso, en este San Luis, un funcionario público como Manuel Fermín Villar Rubio puede con lo que quiera, si quiere reelegirse, pues se reelige, si quiere comprar avales a su persona, pues los compra a base de bonos y si quiere pisotear la memoria de Diego, pues lo hace. No faltaba más, miren que para eso es el señor rector.