Por Victoriano Martínez
La calaca ha dividido
a San Luis en dos panteones
el del gobierno y sus peones
y el del pueblo distraído
Los primeros, cortesanos,
someten su dignidad
a voluble voluntad
para mantenerse “sanos”
Creían que con “gallardía”
escaparían de la muerte
pero mataron su suerte
¡con tanta zalamería!
La flaca se los llevó
ni siquiera lo sintieron
pues fue un pollo al que vieron
que el panteón inauguró
Y fue de charro vestido
que arrastró al primer difunto
sin importar que el presunto
vestía pa´otro cometido
“¡Espera!”, le pidió Gallardo
a la huesuda infernal
“Campeonato Nacional,
ya lo tengo organizado”
Tras tremenda carcajada
respondió en tono burlón
“¿Qué no ves el papelón
de tu Arena inacabada?”
“Pero yo soy el que mando
hasta en la Federación
que hasta estadio de beisbol
lienzo charro está quedando”
“Mandas peones agachones”,
la Muerte le dio respuesta,
“no aguantas una protesta
a tus caprichos simplones”
Para demostrar su dicho
lo llevó a San Miguelito
a la Himno y plebiscito
le mostró como capricho
No le pudo ocultar nada
Gallardo a la Parca atenta
que no le salía la cuenta
con tanta obra inflada
Gallardo en su defensa
buscó alguna ocurrencia
para fingir transparencia
y sólo agravó su ofensa
Sus puentes atirantados
presumió para salvarse
eso no es de alabarse
más que por atarantados
Y le dijo al mandatario
“tu sexenio aquí fenece,
este pueblo no merece
seguir en este calvario”
Así al panteón lo mandó
para seguir su tarea
pues, aunque Usted no lo crea
a más grillos se llevó
Y es que molestó a la Parca
catastrofista advertencia
que adelantó su presencia
con el ¡se acaba el agua!
No es que un alcalde inexperto
la pudiera suplantar
si sólo podría espantar
con el petate del muerto
Quería ser héroe el alcalde
con su programa emergente
pero sin agua la gente
su campaña fue de valde
Pensaba en ser reelecto
o sentarse en el Senado
la Parca lo vio acabado
como un muerto perfecto
El PRI ya no lo pelaba,
el PAN ponía condiciones
escaso de convicciones
la Parca se lo cargaba
Y por Vallejo doscientos
la Muerte pasó de fiesta
a veintisiete sin testa
se los llevó muy contentos
Sumisos sin competencia
los diputados pensaron
si al Patrón ya se llevaron
llevemos nuestra obediencia
La Parca impresionada
cargaba igual a empresarios
que a líderes partidarios
con voluntad entregada
El panteón de agachones
muy pronto quedó repleto
con uno que otro coqueto
que fingía traer pantalones
El veinticuatro a lo lejos
provocaba algún chispazo
más sólo era algún zarpazo
pa´no quedarse sin huesos
El panteón de los distraídos
del pueblo fue receptáculo
y sin mediar espectáculo
ahí fueron distribuídos
“Los cargué por su apatía”,
justificó la Parca, por cierto,
fastidiada de conciertos
de inútil algarabía
Fue de la Parca muy pulcro
volver al pueblo difunto
pues todos hicieron juntos
de San Luis un gran sepulcro