Camarillas, ambiciones, deslindes y violencia de género en los partidos políticos

Movimiento Ciudadano rechaza alianza con el PRI, PAN y PRD. El Partido Verde pinta su raya con Morena en SLP. Sara Rocha no logra afianzarse. Xóchilt Gálvez víctima de violencia política por razones de género.

Ángel Castillo Torres

En las entrañas de los partidos políticos fermenta el conflicto y las contradicciones. Fobias y filias brotan a raudales complicando los planes institucionales para enfrentar las elecciones del próximo año. El consenso es escaso y la discordia abundante. Los diversos grupos, camarillas, organizaciones y corrientes de opinión se confrontan. En estos días en los que se vive el preámbulo para seleccionar a los candidatos a la presidencia de la república la pluralidad que habita en los intestinos de los partidos provoca desencuentros. La coexistencia de distintos intereses e ideologías saca a la superficie la ambición, el espíritu gandalla, el egoísmo y las mañas de los más ladinos. Veamos.

Los líderes nacionales y locales de Movimiento Ciudadano (MC) se niegan a pactar una alianza con el Frente Amplio por México (PRI, PAN y PRD). Dante Delgado, presidente nacional de MC ha dicho que con el PRI ni a la esquina. Esta postura ha generado un conflicto al interior de este partido debido a que el actual gobernador de Jalisco Enrique Alfaro Ramírez no comparte el punto de vista del dueño de MC. El tapatío quiere que Dante por lo menos se siente a negociar y tal vez luego se logre pactar una alianza. Muchos analistas y la mayoría de los líderes de la oposición piensan que esta negativa del dirigente nacional de MC revela que es un esquirol que está haciendo el juego sucio a López Obrador para provocar que la oposición se mantenga dividida, lo cual facilitaría el triunfo de Morena en 2024. Por su parte en San Luis Potosí el dirigente de Movimiento Ciudadano Marco Gama ha dicho que su partido presentará candidatos propios a todos los cargos de elección popular, por lo que descartó las coaliciones para el siguiente proceso electoral. Su postura y la de la mayoría de los nuevos liderazgos de MC es muy entendible, ellos no podrían volver a trabajar al lado de panistas y priistas, sus antiguos compañeros de partido. Si renunciaron al PRI y al PAN fue porque se sintieron utilizados y excluidos por las camarillas que controlan a estos partidos. Sería entonces una aberración volver a quedar bajo su mando y control. Argumenta además Marco Gama que la decisión de impulsar candidaturas propias al senado, diputaciones federales, locales y presidencias municipales se tomó para todos los estados durante la última sesión del Consejo Nacional de Movimiento Ciudadano celebrada el pasado viernes 14 de julio y, por tanto, no hay vuelta atrás.

Por su parte el Partido Verde en San Luis Potosí en voz de su dirigente estatal Eloy Franklin Sarabia ha declarado que para nada necesita a Morena para confirmar que son el partido dominante en territorio potosino. Muy ufano sostuvo que en 2024 el PVEM será una “aplanadora electoral” ya que en este momento tienen el 40 por ciento de las preferencias electorales, por encima del 19 por ciento de Morena.

Desde luego que este alarde por parte del dirigente del Verde no significa que dejarán de ser aliados de Morena y del presidente de la república, pero como San Luis Potosí es un bastión del partido del tucán ellos no están dispuestos a convidar a la 4T a probar de sus frutos. Gallardo y el Verde tienen planes a futuro y para ello deben mostrar que en San Luis Potosí son ellos los que mandan.

Sara Rocha y su fallido liderazgo

La cuestionada dirigente del PRI que llegó a ese cargo a base de violaciones a los Estatutos que rigen la vida interna de ese partido no ha podido impulsar una agenda de trabajo que le permita levantar de su cama de moribundo al otrora hegemónico instituto político. Sus empeños por impulsar cambios que le devuelvan la esperanza a los priistas y le facilite recuperar la credibilidad de la sociedad civil han sido infructuosos. Sara Rocha no logra levantar los ánimos de sus compañeros y en la opinión pública el desprestigio y desconfianza hacia el PRI permanecen intactos.

Recientemente, el pasado domingo, intentó comenzar con los trabajos de renovación del Consejo Político Estatal, máximo órgano de gobierno en el estado, pero su iniciativa fracaso. Convocó a la Comisión Política Permanente para que le autorizara sus planes de transformación y los consejeros políticos la desdeñaron, la dejaron plantada. De 50 integrantes que componen a este órgano de decisión solo acudieron 13. Esto paralizó temporalmente los planes de Sara.

Muchos militantes y dirigentes del PRI han decidido ignorar a la “líder” impuesta y se mantienen apáticos. La pandilla que tomó por asalto las estructuras directivas de este partido no ha entendido que en el sentimiento profundo de sus bases militantes y dirigentes históricos hay un hartazgo derivado de tanto atropello, exclusión y falta de democracia interna.

Xóchitl Gálvez y la violencia política por razones de género

El 14 de agosto de 1995 la Convención de Belém do Pará, en Brasil, acordó medidas para la eliminación de toda forma de discriminación contra la mujer, y en México, en 2007, se aprobó la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. En estos históricos documentos se define a la violencia política por razones de género como: “todas aquellas acciones y omisiones que, basadas en elementos de género y dadas en el marco del ejercicio de derechos políticos-electorales, tengan por objeto o resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce y/o ejercicio de los derechos políticos o prerrogativas inherentes a un cargo público. Esta violencia política consiste en el uso de la fuerza física o psicológica contra una persona o grupos específico. Este tipo de violencia obedece generalmente al ejercicio del poder contra las personas opositoras, para que se abstengan de dirigirse contra el sistema político imperante”.

Bueno, pues esto es lo que en las últimas cinco semanas ha estado haciendo el presidente Andrés Manuel López Obrador contra la senadora Xóchitl Gálvez desde el atril de las conferencias mañaneras. La legisladora ha sido objeto de burlas, descalificaciones clasistas, mentiras e injurias por parte del primer mandatario.

Para frenar esta violencia institucional Xóchitl Gálvez presentó dos denuncias contra el presidente Andrés Manuel López Obrador ante el Instituto Nacional Electoral (INE), por violencia política en razón de género y por uso indebido de recursos públicos.

En su denuncia Xóchitl señala que, en las conferencias mañaneras del 3, 4, 5 y 7 de julio el titular del poder Ejecutivo ejerció violencia política en razón de género en sus mensajes emitidos desde Palacio Nacional. Gálvez describe que los mensajes “me estereotipan como el producto de la decisión de hombres, dejando fuera del debate mis trabajo y los resultados que he tenido”. Bien por la senadora, alguien tiene que ponerle un alto al presidente en este tema.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

Es psicólogo y maestro en Ciencias de la Educación. Fue delegado de Villa de Pozos en 2022 y subsecretario de Gobierno de 2016 a 2017. Presidió el Comité Directivo Estatal del Partido Revolucionario Institucional en 2013. También fue director general del Sistema de Financiamiento para el Desarrollo del Estado. Ocupó los cargos de regidor en la capital potosina (2007) y de diputado local de la LVI Legislatura (2000). Impartió clases en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

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