Por: Eduardo Delgado.
Para un “camaleón político”, como Eugenio Guadalupe Govea Arcos, el próximo arribo de la ex priísta Lucila Nava Piña al Congreso del Estado, con la “camiseta” del Movimiento Ciudadano, es un acto de plena libertad que tienen los ciudadanos gracias a la Constitución.
Govea Arcos cambió “camiseta” hace casi seis años, cuando se despojó de la del Partido Acción Nacional y entonces, antes de enfundarse la del Movimiento Ciudadano, invitó a sus simpatizantes a votar por el candidato del PRI a la gubernatura, Fernando Toranzo Fernández. De lo que no hace mucho dijo haberse arrepentido.
A pregunta de la próxima integración de una ex priísta a la LXI Legislatura local en representación del Movimiento Ciudadano, Govea Arcos informó que Lucila Nava renunció al Partido Revolucionario Institucional.
De si entonces basta dimitir a un instituto político para enseguida cambiar de “camiseta”, es decir de principios e ideología, el diputado local justificó que ese es un acto “en ejercicio pleno de la libertad absoluta que tiene el ciudadano y que nos da nuestra Constitución”.
Lucila Nava es originaria de Rioverde, se afilió al PRI en 1984 y es considerada del grupo de Oscar Bautista Villegas, quién la impulsó para asumir la directiva estatal de la Organización Nacional de Mujeres Priístas, pero fracasó.
Aparte, se ostentó como “asesora política” de varios municipios y se le imputó que lucraba con esa posición, al grado que incluso se le ha señalado como responsable de falsificación de documentos, fraude y abuso de confianza.