Por Victoriano Martínez
Este viernes quedaron renovados todos los cargos de elección popular en el Estado. Cambiaron los personajes, pero en esencia los discursos simplemente se reciclan: se inician historias de cambio para mejorar porque el que se fue siempre habrá sido peor que el que llega… aunque el tiempo al final contrasta los hechos con lo que suele quedar en buenas intenciones.
“Yo tengo muy claro que los potosinos votaron por un cambio. Un cambio que mejore la terrible situación en la que se encuentra el lugar en el que vivimos y que no queremos que siga así”, dijo Enrique Galindo Ceballos en su discurso al rendir protesta como alcalde.
“Tengo muy claro que, para hacer que ese anhelo compartido se vuelva realidad, es indispensable el generoso esfuerzo de todas y de todos. Por eso, hoy extiendo mi mano a quienes creen igual que yo, que San Luis Potosí merece un destino mejor y un futuro grande”, agregó.
Una idea no muy diferente de la expresada por Xavier Nava Palacios hace tres años:
“Hay muchas cosas que se deben hacer, pero que sólo serán posibles con la participación de la gente. Nuestro Gobierno, es nuestro porque involucra a toda la sociedad potosina. Les pido, de frente, que nos acompañen en esta importante tarea, si es con ustedes, tenemos garantizado el éxito”. Este viernes el llamado fue “¡Solo les pido que no me dejen solo!”.
Aquel 1 de octubre de 2018, en la Plaza de Armas, Nava Palacios también se refirió a un desastre dejado por su antecesor:
“Debemos construir un Gobierno que no sólo combate la corrupción, sino que en su actuar se impone los estándares más altos de servicio público… Las primeras tareas serán revisar los escombros de la administración que recibimos, con un descuido económico financiero sin precedentes”, señaló.
Sobre la gestión de su antecesor, Ricardo Gallardo Juárez, ya existían denuncias penales por actos de corrupción y los manejos financieros hoy son parte de un expediente turnado por la Unidad de Inteligencia Financiera a la Fiscalía General de la República por desvíos por 724 millones de pesos, en combinación con los detectados en el ayuntamiento de Soledad de Graciano Sánchez.
“Nos están entregando una ciudad territorialmente destrozada; socialmente abandonada; brutalmente insegura; inexplicablemente oscura; burdamente traicionada; y enferma gravemente, de una corrupción que no puede quedarse sin castigo”, dijo ahora Galindo Ceballos.
Una descripción que bien podría referirse en realidad a un inconcluso levantamiento de escombros por parte de una administración que no tuvo señalamientos como su previo y que, en tanto no se exhiban la pruebas de la grave enfermedad de corrupción, más parece un guiño del nuevo alcalde para congraciarse con el gobernador vástago de quien fue señalado hace tres años.
Ideas y palabras expresadas de una u otra forma que muestran más que no hay nada nuevo en la renovación de autoridades y, al final de cada periodo, el resultado es el mismo: el combate a la corrupción no resulta efectivo y lo que “no puede quedarse sin castigo” se queda sin castigo… y lo que prevalece es la impunidad.
Tan igual resulta el panorama en los cambios, que hasta en el de Ejecutivo estatal se puede declarar un empate del gobierno que llegó con la promesa de que en el estado se pueda vivir sin miedo con el de Juan Manuel Carreras López en cuestiones de seguridad: ambos registraron en sus primeros cinco días cuatro ejecuciones.
Así inició la contabilidad de ejecutados. En el sexenio que inicia, entre el 26 y el 30 de septiembre de 2021 hubo cuatro ejecuciones en el Estado. Del sexenio que acabó, entre el 26 y el 30 de septiembre de 2015 también hubo cuatro ejecuciones en el Estado… y así comenzó la contabilidad que cerró ese periodo gubernamental con más de 5 mil muertos.
Comienzos que se parecen, aunque no son del todo iguales entre los que se van y los que llegan, y tampoco las expectativas que de los recién llegados se pueden tener. En cambio, para la población en general, la de a pie, no hay cambio en su cotidianidad… por ahora.
