Por Victoriano Martínez
Iniciar una campaña de afiliación fue el pretexto.
Los verdaderos objetivos de la concentración multitudinaria en el Centro de Convenciones y el anuncio de la pretensión de lograr contar con un millón de afiliados al PVEM en el Estado están en lograr exhibir una supremacía electorera que se puede imponer en distintos ámbitos, al grado de volver innecesarias las elecciones.
Movilizar a 10 mil personas de todo el estado, según sus propias cifras, y abrir la expectativa de contar con un millón de afiliados en diez meses tiene, además, un toque de celebración por haber logrado aplazar la vigencia de la ley anti-nepotismo, y de confirmación de lo que se puso en la mesa a la hora de presionar para cambiar aquel artículo transitorio.
Fue casi como enviarle el mensaje a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo de que hizo bien en tolerar que le cambiaran su propuesta anti-nepotismo, y ahora debe considerar mejor las cosas si es que acaso tiene entre sus planes separarse del Partido Verde para las elecciones de 2027 en San Luis Potosí.
Un mensaje sobre el que también debió dar acuse de recibido el ausente senador Manuel Velasco Coello, aunque para él no como advertencia, sino como notificación del instrumento del que puede echar mano para las negociaciones oscuras del tipo como con la que logró el aplazamiento de la reforma contra el nepotismo electoral.
Una demostración de músculo que nada tiene que ver con los partidos de oposición a los que se enfrentará en las elecciones locales de 2027 porque ya hace tiempo que prácticamente desaparecieron y su fantasmal presencia pública es la de cadáveres en descomposición.
Mas bien se trata de imponer un relato en el que la gallardía, como el grupo que regentea al PVEM, está en condiciones de regentear la vida electoral del Estado a tal grado que desde ahora se dan por resueltas las próximas cinco elecciones.
“A este movimiento, lo vamos a llevar más allá de este sexenio y vamos a ganar en 2027, pero vamos a ganar también en 2030 como partido y también el 33, el 36 y el 39 porque este partido llegó para quedarse”, dijo el gobernador Ricardo Gallardo Cardona.
Una apuesta que tiene una de sus principales bases en la afirmación de que lograrán contar con un millón de afiliados para las elecciones de 2027.
La lista nominal de electores en San Luis Potosí, con corte al 13 de marzo de 2025, contaba con 2 millones 216 mil 63 ciudadanos registrados. Un millón equivalen al 45.12 por ciento del total de votos posibles. Con ese porcentaje de votación, los demás partidos ya no tendrían nada qué hacer.
En las elecciones del 2024, el porcentaje de participación fue del 62.4 por ciento, es decir, acudieron a las urnas un millón 351 mil 684 ciudadanos. De mantenerse esa participación en el 2027, el millón de afiliados al PVEM representaría el 74 por ciento de los votos. Que el resto de los partidos se repartan la cuarta parte de los votos.
Un panorama que se podría volver una trampa para el propio PVEM: si efectivamente logra esa votación, ¿para qué hacer elecciones? Se podría desaparecer al CEEPAC y se ahorraría mucho dinero en organización de elecciones y en mantenimiento de la burocracia electoral. Así las pretensiones antidemocráticas gallardistas.
Por otro lado, si no logra el millón de votos quedaría en duda lo genuino del padrón de militantes. La sospecha de afiliaciones forzadas y bajo presión tendría un elemento de certeza.
Claro, ese sería el panorama si el Partido Verde logra su meta de afiliaciones, que requiere de tal movilización que cada día tendrían que lograr 2 mil 580 nuevos registros.
Porque, además, no es la primera vez que ese partido anuncia que contará con un millón de afiliados. El 6 de junio de 2022 también hubo el arranque de una campaña de afiliación con acto multitudinario y la presencia de Gallardo Cardona, en el que se anunció la misma meta en menos de dos años.
El plazo se cumplió el año pasado, hoy presumen 200 mil afiliados y anuncian nuevamente que contarán con un millón. Según esa cifra que ellos mismos dan, en esos dos años lograron alrededor de 100 mil afiliaciones, con todo el aparato gubernamental a su servicio y registros obligados en algunas dependencias, como fue evidente en el SEER.
Ese antecedente coloca a la demostración de músculo del sábado pasado como un desplante más en el que la gallardía infla el relato de su supremacía electorera con la que logra imponerse en negociaciones oscuras, y luego lo refuerza con la manipulación y compra de votos en los procesos electorales con la ayuda de una oposición que se achica.
¿A quién le mostró el músculo? ¿A Sheinbaum Pardo? ¿A Morena? ¿A Rosa Icela Rodríguez Velázquez? ¿Se dejarán impresionar? Todo indica que hasta ahora le ha funcionado.