María Ruiz
Ha transcurrido un año y siete meses desde que 15 empleados de Canal 13 (Televisora Potosina S.A. de C.V.) que pertenecen al Sindicato de la Industria de Trabajadores y Artistas de Televisión y Radio (Sitatyr), iniciaron una huelga por falta de pago, exponiendo así las ínfimas condiciones laborales que enfrentaban ellos y otros empleados de confianza en dicha empresa.
La precarización económica laboral que han arrastrado estos trabajadores es el resultado de un modo de funcionamiento que, el propietario y director de la televisora, José Morales Reyes, perpetuó de manera continua durante un lapso de siete años y que llevó a su propia compañía al ostracismo, al tener que apagar su señal en noviembre del año 2020.
Esto de acuerdo con diversos empleados que compartieron sus testimonios a Astrolabio Diario Digital, quienes solicitaron resguardar sus datos personales por miedo a represalias.
En cuanto a la lógica abusiva que padecieron dentro de esta televisora, los empleados mencionaron que se trató de una práctica continua de la cual camarógrafos, operadores de máster, colaboradores, productores y conductores fueron víctimas y que comenzó a recrudecerse a finales de 2018 y principios de 2019, cuando la compañía Televisa le retiró la filial de un millón de pesos al Canal 13, resultado de una demanda por no cumplir con la publicación de la programación en medios impresos.
No obstante, señalaron los trabajadores afectados, que durante siete años atrás de este acontecimiento, la falta de pago, de utilidades y el retraso de quincenas era un hábito común en el ingeniero Morales Reyes, quien justificaba esta forma de violencia laboral al mencionarles que el Canal 13 no generaba ninguna entrada económica.
Luego de estos sucesos y ante la falta de interés por parte de Morales Reyes para subsanar esta situación, el 12 de noviembre de 2020 estos empleados y su sindicato decidieron estallar en una huelga para exponer las deficientes condiciones en las que este medio de comunicación mantenía a su plantilla laboral.
Cuatro meses antes de que iniciara la huelga, durante la crisis pandémica originada por la presencia del covid-19, los empleados no recibieron ni un solo pago por su trabajo. Por esta razón Sitatyr presentó una demanda en contra de Morales Reyes y la televisora, y posteriormente los trabajadores realizaron la toma simbólica de las instalaciones de esta compañía.
Ante lo cual, subrayaron los afectados, el ingeniero Morales Reyes solicitó un mes para saldar su adeudo a través de la renta de un terreno que se encuentra a lado de las instalaciones del canal. Pagos que nunca se generaron, a pesar de que dicho terreno actualmente se encuentra en renta, de acuerdo con los testimonios.
Referente al avance de esta demanda, hasta el momento es un proceso desconocido por los empleados que se encuentran en huelga y, por lo pronto, se mantienen a la espera de definir qué tipo de gestiones y acuerdos se podrán realizar a futuro con el dueño y directivo de esta televisora para poder recibir el pago que por ley les corresponde.
Resistir como medio de subsistencia
Durante estos casi dos años, la vida y subsistencia de las y los empleados de esta televisora se ha transformado drásticamente. La trayectoria de muchos de ellos dentro de los medios de comunicación quedó atrás para enfrentar el intrusismo laboral que dejó una huella permanente en sus vidas.
Dentro de los testimonios recabados, se sabe que muchos de estos empleados tuvieron que adentrarse a espacios de trabajo desconocidos para ellos, y ante la necesidad de seguir percibiendo una entrada económica tuvieron que rotar de profesión para que el detrimento de su calidad de vida no fuera tan severo.
Taxistas, editores de video, obreros y hasta artistas de performances callejeros son algunos de los oficios que hoy, parte de esta plantilla laboral que trabajó por más de 25 años en Canal 13, ha aprendido a desarrollar durante estos 19 meses de huelga.
“Ha sido difícil, muchos de nosotros tenemos más de 25 años laborando para el canal. Vimos crecer esta televisora que fue un referente durante muchos años en los medios de comunicación local. Lamentablemente nuestro trabajo jamás fue dignificado y ahora nos enfrentamos a la incertidumbre de lo que vaya a pasar con la demanda. Muchos desistieron, solo los sindicalizados nos hemos mantenido al pie del cañón en esta lucha”, expresaron.
Para ellos no ha sido fácil este cambio, pues la repercusión más grande la enfrentaron sus familias que ante la falta de su ingreso, tuvieron que ingeniárselas para salir adelante.
“Hemos hecho de todo y agarramos las chambas que podemos. No se pude decir sí a todo porque seguimos resistiendo en huelga y eso quiere decir que tenemos que continuar aquí con la toma simbólica de las instalaciones y para ello tenemos que encontrar trabajos que nos den accesibilidad de horarios y mantener turnos que nos permitan quedarnos aquí a las afueras del Canal 13″, indicaron.
Una lucha laboral que ha puesto de manifiesto cómo las y los trabajadores de medios de comunicación hacen frente a una inestabilidad salarial vulnerando sus derechos como productores de información.
Canal 13 en la mirilla de la delincuencia
Aunado a todo este historial de vejaciones laborales, estos empleados que se encuentran inmersos en una resistencia sindical y laboral por sus derechos, han tenido que luchar contra la delincuencia que se ha hecho presente en las instalaciones de esta compañía televisiva que hoy se encuentra abandonada.
Durante este año y siete meses de la toma simbólica de las instalaciones de Canal 13, los trabajadores también han sido objeto de persecución y amenazas por parte de delincuentes, y han sido testigos de los constantes atracos que se han realizado a las instalaciones de la televisora.
“Nosotros legalmente no podemos entrar a las instalaciones, por eso nos mantenemos afuera de la entrada. Sin embargo, hemos sido testigos de cómo varios delincuentes han entrado a robar al canal, sin que ninguna autoridad intervenga. Incluso nos han perseguido y golpeado porque nos ven aquí sin protección y eso también ha puesto en peligro nuestra vida”.
Y es que, según lo señalado por los empleados, estos actos delictivos son continuos y al parecer, hasta el momento, el Ingeniero Morales Reyes no ha interpuesto denuncia alguna por estos hechos.
“Nosotros hemos llamado a la policía en varias ocasiones. Atrás del canal había un boquete de un metro que ellos mismos hicieron para poder entrar y robar. Y aunque el material del canal ya era analógico y muy obsoleto, ya nada queda de eso”, señalaron.
Respecto a esto, también apuntaron que la policía no actúa refiriendo que “se trata de un inmueble de propiedad privada” y que por ello no pueden entrar para realizar las diligencias correspondientes.
De estos acontecimientos indicaron que los más destacados y que merecieron la visita de Morales Reyes al Canal 13, fue uno acontecido el 2 de mayo de este año, precisamente por la sustracción de material y cableado de cobre de la televisora.
La segunda ocasión sucedió apenas hace algunos días, específicamente el 2 de junio, por un incendio en el patio central del canal, del que hasta ahora se desconoce el origen.
“Nosotros llamamos a la policía y llegaron los bomberos. También llegó el ingeniero quien se fue muy molesto, pero nada hizo al respecto. Al parecer ya no le interesa lo que queda de Canal 13, aquí ya es tierra de nadie y es muy triste ver cómo una televisora que en su tiempo fue un referente local, hoy se apague y quede en el olvido”.
Un adiós indigno
De los tiempos de bonanza solo quedó el recuerdo, así lo expresaron estos empleados que durante más de 25 años trabajaron en los estudios y teatro televisivo de XHDE Canal 13, donde pudieron ser testigos del auge y caída de una compañía televisiva que comenzó sus transmisiones en noviembre de 1975 con gran expectativa.
“El Canal 13 y sus empleados fuimos un precedente en la producción televisiva local. Aquí en San Luis Potosí fue la primera compañía de medios que realizó y produjo sus propios programas de entretenimiento y de contenido”, platicaron.
Así fue como recordaron con un poco de emotividad aquellas décadas en las que se transmitieron por este canal las tradicionales cápsulas Cinco Minutos de Felicidad con el padre Joaquín Antonio Peñalosa Santillán, Aquí y Ahora del abogado y periodista Fidel Briano Rincón; así como los programas Clásicos del 13 y Nectaris del periodista Álvaro Muñoz de la Peña.
“Fueron programas icónicos. En su momento Nectaris rompió esquemas y ni que decir de la Lengua Larga y El Moñoñongo conducido por el cronista y periodista Eduardo López Cruz”.
Empero, la modernidad y la falta de dignificación laboral fueron desdibujando de a poco, lo que pudo convertirse en uno de los canales locales de televisión más importantes de la entidad.
“Ya nada de eso existe, ni siquiera lo que quedó de sus instalaciones. Ni qué decir de las condiciones laborales, pusimos esfuerzo para sacar adelante esta empresa, pero nunca hubo disposición ni intención del ingeniero Morales Reyes. Hoy Canal 13 está más que muerto y es una lástima”.