Martín Faz Mora
Alrededor de 17 mil personas provenientes de Centroamérica atraviesan desde hace un mes el territorio mexicano con la esperanza de llegar a la frontera con Estados Unidos. La novedad del fenómeno radica en el carácter relativamente “organizado” o “consensuado” de la misma. El flujo de migrantes, principalmente centroamericanos, por nuestro país no es nada nuevo, diariamente miles cruzan la frontera sur y se adentran en el hostil territorio mexicano a merced de la extorsión oficial, las redes del crimen organizado y hasta la creciente ola de xenofobia nacionalista y discriminatoria de ciertos sectores sociales. (“Derechos humanos de los migrantes y otras personas en el contexto de la movilidad humana en México”. 2014. Informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA).
“La movilidad humana ha sido una característica inherente de los seres humanos a lo largo de la historia de la humanidad. Desde sus orígenes, los seres humanos han migrado en busca de mejores condiciones de vida, para poblar otros lugares del planeta, o para huir y sobrevivir a amenazas causadas por el hombre o la naturaleza. A pesar de que la movilidad humana ha sido una constante a lo largo de la historia de la humanidad, fue con la creación del Estado-nación, a partir de los Tratados de Westfalia de 1648, lo que trajo consigo el fenómeno que hoy se conoce como migración internacional. La reorganización de la comunidad internacional como un conjunto de Estados territoriales con fronteras geográficas definidas permitió a los Estados ejercer autoridad sobre las personas que se habían establecido dentro de sus fronteras, así como respecto de aquellas que intentaban ingresar a sus territorios.” (“Movilidad humana: estándares internacionales”. 2016. Informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA).
Las caravanas migrantes que hoy recorren nuestro país y que se han convertido en foco de atención nacional y mundial, preludian la forma en que un fenómeno milenario se abrirá paso en un mundo globalizado a favor de las mercancías y los capitales pero no para las personas, quienes enfrentan más restricciones que las cosas y el dinero para cruzar las fronteras.
La migración o, mejor dicho, el derecho a la movilidad humana de las personas, es un fenómeno global y multicausal que se da manera voluntaria o forzada. Las personas migran por diversos motivos, entre los cuales se encuentran razones de índole económica, social, política o ambiental.
Las caravanas que hoy cruzan México hacia Estados Unidos, en su gran mayoría, lo hacen forzadas porque en sus países -principalmente Honduras y El Salvador- su vida, integridad o libertad son amenazadas tanto por las condiciones de pobreza y la falta de oportunidades, así como por diversas formas de violencia generalizada (La violencia de las “maras” y la inexistencia del Estado de Derecho), violaciones de los derechos humanos y otras circunstancias que han perturbado gravemente el orden público. Muy pocas personas migrarían de sus lugares de origen si ahí se encontrarán seguros y con condiciones materiales que les proporcionaran una vida digna para ellos y sus familias.
La migración humana no sólo es connatural al ser humano, de hecho, la migración es parte clave del proceso que nos convirtió en humanos (hominización) cuando hace casi dos millones de años el Homo ergaster resolvió migrar de África para, luego de un largo proceso evolutivo, con uno de sus descendientes (Homo erectus), poblar Eurasia y América extendiendo la especie humana hasta los confines del planeta. Sin esa originaria migración, quizá la especie humana habría desaparecido como ocurrió con tantos otros homínidos a lo largo de la evolución.
La migración humana, no solo no se va a detener sino por lo contrario va a aumentar. Tales son las proyecciones de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), toda vez que nuevas amenazas se ciernen sobre las sociedades, particularmente ante el cambio climático y el deterioro ambiental generado por el depredador modelo productivo del capitalismo.
Hay muchas tendencias globales subyacentes a la movilidad mundial actual, que repercuten en la migración: la liberalización del comercio que requiere una fuerza laboral móvil; las dispares tendencias demográficas regionales; las disparidades económicas entre los países en desarrollo y países desarrollados; las redes de comunicación que conectan todo el mundo; desastres naturales y cambio climático. Por ello en el siglo XXI, el movimiento de personas será aún más significativo. (Informes sobre las migraciones en el mundo. Organización Internacional para las Migraciones, OIM).
Aunque resulte previsible que las actuales caravanas migrantes chocarán ante la política nacionalista, xenófoba, discriminatoria y hasta fascista de Trump, el fenómeno augura una posible nueva etapa del flujo migrante regional y, quizá, hasta internacional.
Aunque hoy pareciera que el escenario de un mundo apocalíptico y distópico acompañado de fenómenos migratorios bizarros y violentos, al estilo Mad Max, Blade Runner, los Niños del hombre o la más reciente Elysium, solo sean producto de la imaginativa ficción literaria o cinematográfica, es probable que el destino y la forma de las caravanas migrantes que hoy atraviesan México sean un preludio del futuro que viene.
Twitter: @MartinFazMora
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