Carta a Juan Carlos Ruiz Guadalajara: el historiador, activista y militante

Protesta en la cumbre trinacional de "los 3 amigos ASPAN" entre Bush. Harper y Calderón, en Montebello, Quebec, agosto de 2007.

Por Enrique Rivera

Qué te cuento hermano, me llegó tu noticia así nomás, como cuando se viene una tormenta. Y duele.

Me pasaron –me pasan– por la mente muchas cosas, al mismo tiempo, un desfile de imágenes, de historias. Como aquella cuando con Don Carlos Montemayor, comiendo en la Ciudad de México, nos compartía su sentir sobre el devenir en la defensa del Cerro de San Pedro: “habrá que contactar a muchos grupos, a los más radicales”, sentenciaba el Maestro. O como cuando en Toronto irrumpimos en la asamblea de la trasnacional Metalica Resources / Minera San Xavier y tanto a ti como al compañero Armando Barreiro Pérez los intentaron detener aquellos robocops disfrazados de policías. No entendían que la lucha ya se había “globalizado”, que las fronteras no nos hicieron ni cosquillas.

¿Que tal la toma de la Torre del Banco CIBC, ahí en Montreal? Guachichiles exigiendo respeto a sus depredadores, contamos con el apoyo de un buen número de solidarios canadienses. La lección del General Villa cuando tomó Columbus nos inspiró y a tambor batiente nos atrevimos. Por más de tres horas el banco que financiaba la destrucción del Cerro de San Pedro se logró parar. Solidaridad por todos lados, el alma en un hilo, el coraje, la rabia, el deber.

Muchas llegadas y salidas, marchas, mítines, desplegados que se pagaban solos, no sin antes pasar el bote, bajarle la firma a conscientes colectivos, trabajadoras de la cultura, escritores rezongones. Históricos desplegados, fueron varios, por ahí los tengo.

Y cuando me fui a Canadá, el relajo para evitar que algo saliera mal, que algún torpe oreja marcelista se diera color de nuestra travesía. La visita a Doña Rosario Ibarra ahí en sus oficinas del senado de la República. El buen Inti Martínez Gaytán recibiéndonos y dándonos ánimos. Ese día, mas temprano, fuimos a la casa de Fernando Rivera Calderón, quien nos preguntó todo sobre lo que estaba pasando en San Luis, le daba mucho coraje lo sucedido en Cerro de San Pedro, nos quería ayudar. Nos ayudó, un artículo buenísimo que luego me mandaste a Montreal escrito por él fue leído por medio mundo. Luego en su programa El Weso te dio varias veces espacio para denunciar cuanta injusticia se fue presentando.

De regreso del exilio nos prestaste tu casa a Lore, Frata y a mi, regresábamos después de 5 años de haber tenido que salir por la represión en contra del movimiento de defensa del Cerro de San Pedro, incondicionalmente nos ofreciste tu espacio, te encontrabas en India, trabajando en los archivos personales del Mahatma. Fue un honor habitar ese lugar. Por seis meses miles de libros, cuadros, artesanías, discos, fotografías, máscaras y adobes fueron nuestro refugio. El desexilio fue mucho menos complicado.

Cuando murió mi padre José Javier Rivera Espinosa, llegaste al velorio, platicaste con toda la familia, abrazaste a mi mamá, finalmente me compartiste lo difícil que fue para ti cuando te llegó la hora de despedir al tuyo, “son procesos mi Kike, te van a acompañar toda la vida”, me dijiste.

Recuerdo que llegaste al hotel Real Plaza el día que inscribimos la precandidatura a la presidencia municipal por Morena, pensábamos en la posibilidad de lograr un Ayuntamiento libre. A pesar de los problemas de salud, tu solidaridad y apoyo estaban ahí, creías en el proyecto inicial de regenerar la política, de lograr un cambio estructural, sin tranzas ni turbiedades. Siempre creíste en hacer las cosas para bien.

Hoy, te decía, nos llegó tu noticia y fue como una tormenta que sin avisar irrumpe. Y duele.

Te doy un abrazo Juan Carlos Ruiz Guadalajara, nos harás mucha falta en las luchas que faltan, no será lo mismo sin tu indomable inteligencia pero se hará lo que se pueda, que al fin y al cabo para eso está la memoria, esa terca memoria de la que habla siempre Manuel Nava Calvillo y a la que habré de consultar cada vez que se requiera.

Buen viaje, nos vemos pronto hermano. Lore, Andrés, Samuel y el que esto escribe te despedimos con el corazón en las manos.

Enrique Rivera  29/08/2024

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