Por Eduardo Delgado
Ambos confirmaron que no les gusta el protagonismo…que les encanta y que no les importa lograrlo aun costa de la muerte de un infante. Poco les falto para arrebatarles, a una mujer y una niña, sus cartulinas para enseguida, de frente a la sala de plenos, levantarlas frente a fotógrafos y camarógrafos.
El gesto de la presidenta, Josefina Salazar Báez, fue de evidente desaprobación: un leve ladeo de su cabeza hacia su izquierda y el chasquido de sus labios. Gesticulación que ambos parecieron asumir como un regaño y prácticamente enseguida pasaron a sentarse a sus curules para comenzar la sesión.
En el momento que los representantes populares salieron al salón de plenos vieron a un grupo de mujeres y niños que les mostraban cartulinas, con diversas leyendas, desde un espacio destinado al público.
Apenas se asomaron, vieron a los inconformes y dos de los diputados caminaron hacia el contingente: El perredista Sergio Enrique Desfassiux Cabello, conocido como “Chifladiux”, seguido por el priista José Luis Romero Calzada, a quien además del “Tekmol” se le conoce como “El Aceitoso”.
“¿Quién es la señora?”, preguntó el primero a una mujer del grupo, quien le señaló a la mamá de Diego, Socorro Ruiz Medellín, cuya indumentaria, pantalón y blusa negra, muestra que sigue en luto. Desfassiux Cabello le extendió la mano, la saludo, le dijo su nombre y enseguida le presentó a Romero Calzada.
“Le vamos a apoyar”, aseveró “El Aceitoso” tras escuchar de la señora un breve resumen del estatus del caso: siete meses empantanado en la Procuraduría General de Justicia del Estado. “Ahorita, desde la tribuna, yo y mi compañero le vamos a entrar al tema”, se comprometió el perredista con antecedente priista.
Enseguida “pidieron” cada uno una cartulina para posar frente a fotógrafos y camarógrafos presentes en ese momento, incluidos los del propio Congreso del Estado, así como un fotógrafo procedente del edificio central de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, que acudió acompañado por una compañera que grabó las declaraciones de la mamá de Diego en cuanta entrevista le fue requerida.
“Ya pasaron siete meses y aún no hay justicia para Diego!!!! (sic)”, se leía en la cartulina con fondo rojo que sostuvo “Chifladiux”. “MP: Falta de agilidad en los procesos penales!”, refería la leyenda de la sostenida por Romero Calzada. No duraron ni un minuto y se retiraron a la sala de plenos para sentarse en sus respectivas curules.
Una prima de Diego mantuvo su cartulina con un mensaje: “Profesor Mariscal: Deje de re-victimizar a los niños y acepte su descuido”. En cuanto la joven escucho que la diputada Josefina Salazar les pidió, como de costumbre, a sus compañeros pasar a ocupar sus curules para iniciar la sesión soltó un grito repetido y seguido al unísono por el grupo: “¡Justicia para Diego!”.
“Con gusto, si me permiten continuar con la sesión y ahorita nombramos una comisión para que los puedan atender. ¿Me permiten continuar?…se los vamos a agradecer…gracias”. El grupo, conformado en su mayoría por familiares de Diego, callo y la panista instruyó a su secretario, Romero Calzada, proceder a la lectura del orden del día.
Un asistente del legislador Manuel Barrera Guillén platicó con la mamá del niño de 12 años que murió ahogado en el complejo acuático “Woow”, a donde el 17 de julio del año pasado acudió como parte de las actividades acuáticas del campamento infantil organizado por la Máxima Casa de Estudios.
Media hora después de iniciada la sesión, mientras el otro legislador perredista, J. Guadalupe Torres Sánchez, enunciaba la correspondencia remitida a la LXI Legislatura local por el Congreso de Guanajuato, se repitió el grito en demanda de justicia. “Les pido a los presentes por favor guardar silencio. Ya está designada la comisión que los va a atender…nada más si nos permiten llegar al punto de iniciativas”, solicitó Josefina Salazar en su calidad de presidenta de la mesa directiva.
“¡Claro señora diputada!… ¡Nosotros sólo queremos justicia!”, alzo la voz la adolescente con un rastro de impotencia. Torres Sánchez prosiguió con la lectura de correspondencia, como si nada hubiese pasado.
Un cuarto de hora después de las doce horas la presidenta le cedió el uso de la palabra a su compañero de partido, Enrique Alejandro “Sentado” Flores Flores, que presentó una “grandiosa iniciativa” para inscribir en el muro del auditorio Manuel Gómez Morín, localizado en la sede administrativa del Poder Legislativo, el epígrafe de una frase memorables del fundador de Acción Nacional. “Nuestro deber es permanente no lucha de un día, sino brega de eternidades”.
Para ese entonces la mamá de Diego fue recibida por un par de diputados: la desertora priista Xitlálic Sánchez Servín y el perredista Torres Sánchez. “Ese mensaje lo debemos aprender los que estamos aquí sentados y debemos estar conscientes de que lo que hagamos hoy va a trascender para la vida de los potosinos”, prosiguió el panista que pasó a la historia con su propuesta de evitar la fatiga de ponerse de pie al momento de votar.
Concluida la intervención del panista mujeres, niños y niñas repitieron el grito. “Túrnese a la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología”, ordenó Josefina Salazar.
Unos 15 minutos después la mamá de Diego regresó con el grupo y en entrevista condenó que la UASLP “está alargando el proceso”, lo que le impide al Ministerio Público consignar la averiguación a un juez, cuya resolución sobre el caso resulta indispensable para que la compañía aseguradora, en representación del balneario, proceda al pago del seguro de vida por la muerte del menor, explicó.
La promesa que le hizo el perredista “Chifladiux” a la madre de Diego, Socorro Ruiz, “de entrarle al tema” en una de sus intervenciones en la tribuna legislativa se limitó expresarle su solidaridad a los inconformes.
A Romero Calzada se le olvido el asunto. Probablemente pensó que no tenía caso “entrarle al tema”, porque la madre de Diego ya se había retirado y porque no le valdría de nada mostrarse condolido, ni tampoco empuñar su mano para exigirle al Procurador que deje de prodigarle “protección” a la institución de la excelencia, cuyo rector, Manuel Fermín Villar Rubio, desea proseguir en el cargo otros cuatro años, lapso en el que podría permanecer sin resolución el caso Diego.
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