Alejandro Rubín de Celis
Con el uso de redes sociales digitales y de otras plataformas en internet, la difusión de noticias falsas, que ya era un fenómeno muy recurrente en medios tradicionales desde hace décadas, se encuentra en una situación muy alarmante. Las fake news se usan con fines muy diversos: distraer para desviar la atención sobre asuntos delicados, manipular a la opinión pública con distintos propósitos, profundizar el discurso de odio para polarizar a la sociedad, y desde luego utilizarlas como medio de venganza.
Históricamente, la mayoría de los medios informativos tradicionales, y los que han surgido en la era digital, han servido a intereses particulares y no para cumplir con su alta responsabilidad de informar con veracidad a la sociedad. Reporteros que, contra su voluntad, hacen notas por consigna; editorialistas a sueldo que escriben sin escrúpulos para dañar la reputación de un personaje público, gobernantes que coercionan a los medios a través de paquetes publicitarios para que escriban lo que les conviene y ataquen a sus detractores, o, como ahora se acostumbra, gobernantes que crean sus propios medios de “información” para usarlos como arma política.
En muchos casos, con la mayor ligereza, en portales y redes sociales digitales circulan señalamientos y acusaciones que dan por hecho que alguien es delincuente, sin tener elementos probatorios.
El caso de la detención de José Miguel Maya Zulaica, de 35 años de edad, hijo del empresario Miguel Maya Romero, ha desatado toda clase de versiones e informaciones en medios y redes sociales que carecen de un sustento sólido, y en algunos casos se adelantan para sugerir, o señalar abiertamente, que el joven está vinculado con el crimen organizado dada su relación con su tío materno, Mario Luis Zulaica López, quien está preso por tráfico de estupefacientes, sin atender la presunción de inocencia del primero en tanto un juez determine si es culpable o no de lo que se le acusa. Acuden al tribunal de la sociedad para que, de antemano, éste los juzgue a partir de informaciones que no están suficientemente soportadas. Lo que sí es un hecho incontrovertible es que Maya Zulaica, efectivamente, fue detenido en Roma con fines de extradición para ser juzgado en Estados Unidos.
Si bien es cierto que algunos medios han manejado datos concretos, como el hecho de que Zulaica López fue detenido en el vecino país del norte por transportar droga, no se conoce directamente, de parte de una autoridad, que haya alguna prueba contundente que involucre a José Miguel Maya Zulaica con su pariente en actividades de narcotráfico, más allá de una versión extraoficial de un intercambio de mensajes por WhatsApp.
Pero también está presente el tema de quienes aprovechan casos como éste para afectar el prestigio de terceras personas, como sucede con Miguel Maya Romero, conocido empresario en San Luis Potosí que es padre del joven señalado por supuestamente estar vinculado con operaciones de narcotráfico.
Maya Romero es propietario de Astrolabio Diario Digital, un medio informativo, de opinión e investigación, que a lo largo de casi 10 años ha dado amplias muestras de un trabajo basado en el profesionalismo y la ética que el buen periodismo demanda cuando genuinamente se sirve a la sociedad y no al poder, y hoy es un referente fundamental para comprender mejor el acontecer de los asuntos públicos de San Luis Potosí. Astrolabio tiene su propio Código de Ética, un documento que pocos medios tienen en México y muy contados lo cumplen.
Con notas, reportajes, crónicas, artículos y columnas de opinión, Astrolabio ha afectado grandes intereses políticos y empresariales, lo que ha convertido a su propietario en blanco perfecto para desprestigiarlo en cualquier oportunidad, y ésta, la aprehensión de su hijo, les resultó ideal para involucrarlo de manera indirecta en algo en lo que no tiene nada que ver.
Con pleno derecho a expresar lo que piensa, a dar su versión sobre las informaciones y especulaciones publicadas en medios, redes y portales, y a defenderse de lo que considera acciones con el propósito de poner en duda su integridad y la de su familia, Maya Romero ha publicado una carta en Astrolabio en la cual defiende su prestigio como empresario y los valores de Astrolabio como un medio que desarrolla un periodismo crítico e independiente… ¡y subraya que lo seguirá haciendo!
“Hoy, enfrentamos no solo ataques a nuestra labor periodística, sino una estrategia que busca ensuciar nuestras trayectorias personales y profesionales. Estas acusaciones infundadas, disfrazadas de noticias, circulan por canales anónimos en redes sociales y portales digitales sin escrúpulos, alimentando el linchamiento mediático y poniendo en riesgo la verdad y la justicia (…) Un ataque a un medio crítico es un ataque contra la sociedad misma. Lo que está en juego aquí no es solo el nombre de mi familia o de mis empresas; es el derecho de la ciudadanía a estar informada con rigor, a cuestionar al poder y a exigir rendición de cuentas”, expresa Miguel Maya Romero en su escrito.
En otra parte de la carta, señala: “A quienes orquestan estas campañas, les decimos: no nos doblegarán. Seguiremos trabajando con el mismo compromiso y profesionalismo que ha caracterizado a nuestros medios desde su fundación (también incluye Antena San Luis). La libertad de expresión y el periodismo crítico no serán silenciados”.
El que escribe esta columna refrenda las palabras de Miguel Maya Romero: “no nos doblegarán”.
Quienes integramos la redacción de Astrolabio somos periodistas de profunda convicción democrática y de servicio a la sociedad, y no a favor de los poderosos como lo hace la mayoría de los medios tradicionales y portales digitales. Seguiremos haciendo periodismo, libre, crítico e independiente, le pese a quien le pese, y afecte los intereses de quien afecte.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.