Por Victoriano Martínez
Mañana viernes sesionará el Consejo de la Comisión Estatal de Derechos Humanos con dos temas incluidos en la agenda que podrían, según lo que resulte, marcar una diferencia en la actuación del organismo en cuanto a reconocer a ese órgano colegiado honorífico como parte del órgano de gobierno de la Comisión, y no sólo como un ente de ornato y simulación.
El primero de esos temas corresponde al Informe Financiero sobre el ejercicio fiscal 2023 que debe elaborar la presidencia de la CEDH y someter a la aprobación del Consejo del organismo.
A diferencia de años anteriores, para este miércoles los consejeros de la CEDH ya recibieron vía electrónica el informe financiero y fueron convocados a la sesión de mañana en la que, como señala la fracción XIV del artículo 33 de la Ley de la CEDH, se someterá a su aprobación. Primera diferencia en cuanto a darle su lugar al Consejo como parte del órgano de gobierno.
Un cambio que tiene como antecedente una corrección a la falta que se dio en octubre de 2022, cuando justamente el presupuesto que hoy revisarán y aprobarán la forma en que se ejerció, fue aprobado por sólo tres consejeros y la presidenta del organismo, en tanto que seis se abstuvieron por falta de información y uno más no votó por fallas en la conexión a la sesión virtual.
De entonces a la fecha, el menosprecio que se tenía por parte de la presidencia del organismo hacia los integrantes del Consejo provocó la renuncia de las dos consejeras que más incomodaban a Giovanna Argüelles Moreno, presidenta de la CEDH, Catalina Torres Cuevas y Edith Pérez Rodríguez, por considerar que se toma al órgano colegiado como algo decorativo y de pura simulación.
Con esos antecedentes, la entrega de información previa a las sesiones a los actuales consejeros, en este caso sobre el informe financiero, no necesariamente representa que el Consejo automáticamente deje de ser decorativo y de simulación, sino que eso dependerá de qué tan críticas y congruentes resulten las posturas que los integrantes de ese órgano.
De entrada, si se descuentan las abstenciones por falta de información de Torres Cuevas y Pérez Rodríguez, al menos cuatro de los actuales consejeros no estuvieron de acuerdo con la forma en que se distribuyó el presupuesto ejercido durante 2023. Para aprobarlo ahora tendrían que justificar por qué ahora considerarían apropiada esa distribución.
Si bien que les proporcionen el informe financiero de manera previa a la sesión es un avance, las posturas que muestren los consejeros, el grado en que se les tome en cuenta y los efectos sobre un mejor desempeño del organismo serán finalmente los que demuestren si hubo un cambio real en la forma de proceder del órgano de gobierno de la CEDH.
El otro tema relevante previsto para la reunión del Consejo de mañana será la aprobación de los lineamientos para que las sesiones ordinarias y extraordinarias de la CEDH tengan carácter público en tiempo real, es decir, que sean transmitidas en vivo vía internet.
De entrada, que se abra la posibilidad para que cualquier persona pueda ser testigo del desarrollo de sus sesiones literalmente desde cualquier lugar del mundo es un avance en transparencia y derecho de acceso a la información pública con los efectos que el principio de máxima publicidad tiene en la actuación de los servidores públicos.
Casos como los ocurridos con la aprobación del presupuesto 2023 en octubre de 2022, o con la aprobación del informe de actividades 2022 en febrero del año pasado, cuando se cuestionó la metodología y la falta de información en el documento, no tendrían que haber sido conocidos a través de testimonios de algunos de los consejeros y de las consejeras.
No sólo en la transmisión en vivo cualquier persona pudo atestiguar esas situaciones irregulares, sino que, en el archivo de las sesiones públicas, al que se deberá tener acceso a través de su sitio web, cualquiera podría verificar la información y confirmar la actuación de cada uno de los consejeros y la presidenta del organismo.
Ambos asuntos incluidos en la sesión de este viernes abren la posibilidad de que se pueda comenzar a ver un Consejo de la CEDH más apegado a sus atribuciones, aunque aún depende del grado de voluntad de los consejeros para impulsar una efectiva rendición de cuentas y promover una actuación con una de las mejores prácticas de transparencia: sesionar a la vista de todos.
